96. ¿EDITORIAL O IMPRENTA?

Miércoles 31 de julio

Me desvelé de 6 a 8  de la mañana, no había forma de volver a dormirme. Me quedé pensando en las editoriales, y cuando agarré el teléfono me apareció un taller de encuadernación, así que también averigüé… qué se yo, quizás sea divertido. Obvio que a las 8 me dormí super profundo, y no había forma de salir de la cama después. Junto fuerzas y, como ya era medio tarde, decido desayunar solamente una taza de choco krispis, habíamos quedado con Andy en almorzar temprano. Mientras desayuno veo Survivor y después me quedo paveando con la tele prendida.

Hoy había un juego que no estuvo muy bien, tenían que pelear uno contra uno en una plataforma y ganaba el que tiraba al otro al agua. Pero había algunos que se la pasaban en el piso, porque si te caías se frenaba la pelea, y se retomaba una vez que te levantabas, chantas los que se tiraban. De almuerzo yo comí milanesas, que le salieron increíbles, con papas doradas a la manteca, y Andy las acompañó con los ñoquis del otro día. Después se fue a su trabajo.

A la mañana le había escrito a Magui, la conocí en los retiros, igual que a Pachu. Es super amorosa, en su momento nos hicimos re amigas, ella estudiaba psicología. Me ayudó con un trabajo para la facultad, que necesitábamos a una joven para tomar unas técnicas. Además, fue mi “angelito” en uno de los retiros, me regaló un rosario divino de muchos colores que tengo colgado en el cuarto. Después se volvió a su tierra natal y la fui siguiendo por redes. Hace poco subió que había publicado un libro y quería preguntarle un poco del proceso. Super amorosa me dijo que habláramos al mediodía que tenía un rato. Al final hablamos casi una hora, me contó todo el proceso, ya escribió tres libros, el que publicó ahora se llama: “Mente de principiante, corazón de gigante”, con la editorial Akadia. Se dedica al Mindfullness y el libro es sobre la temática, aún no lo leí. Me dio muchos tips y recomendaciones, así que después de hablar con ella activé nuevamente la búsqueda tanto de editoriales como de imprentas. Es muy difícil igual dejarlo ir, ¡es tan lindo!

Llega mamá con todos sus tejidos, ¡mi sweater rosa ya está casi listo! Me lo pruebo para definir bien la manga, mando algún otro mail y mamá me destierra del living a dormir la siesta. Obvio que no me quejo igual, me encantan las siestas, pero estaba muy embalada con los mails. Antes de irme a dormir le pongo la película que vimos el otro día para que tenga compañía mientras teje. En un momento llegó la cortina de baño y bajó a buscarla, para cuando subió, la tele se había apagado y ya no supo cómo prenderla, pobre mi madre, no le había explicado eso. Me levanto y le pongo el final para que lo vea, pero yo también me engancho y termino viéndolo con ella. El final, que era más que el final, le faltaban más de 40 minutos.

Terminada la película saca su computadora porque necesitaba ayuda con una presentación de trabajo. Habían hecho todo en Excel pero ahora querían enviarlo a su cliente y no sabía cómo sacar las “rayitas” del fondo. Además, había que armar las imágenes de otra manera,  creo que quedó bien pero yo no soy diseñadora. Le expliqué para que lo haga ella después pero no sé si tuve mucho éxito, hay momentos que la atención de mi madre es menor que la de un mosquito, quiere hacer mil cosas a la vez. Terminado el trabajo, nos pusimos a buscar sombreros con protección UV para que traiga Jose de España porque según mamá acá no hay. Son todos muy parecidos, es difícil comprar sombreros por internet, más cuando no suelo usarlos, pero van a ser necesarios con la pelada.

Vuelve Andy de fútbol, ¡esta vez ganaron! El metió el gol ganador, pero dice que no jugó tan bien. Mamá se va para su casa, antes iba a pasar por lo de Rafi que volvió del campo con mandarinas, naranjas y paltas. Yo me siento a escribir, Andy se baña y después se pone a cocinar. Antes de comer me baño rápidamente, así ya estoy lista.

El menú de la noche es un cremoso arroz con pollo y verduras, el que quedó de las fajitas de anoche. Charlamos de nuestros respectivos días y nos fuimos al sillón. Íbamos a retomar “The Bear” pero me propuso que veamos los memes que le mando por Instagram, y a mí me divierte. Siempre me hace lo mismo, él me manda y se enoja si no los miro pero los míos los ve una vez al mes o cada dos meses… Obvio que los míos siempre son mejores y mucho más graciosos. Al rato va cayendo dormido así que activa y se va al cuarto, yo también quería ir pero estaba demasiado cómoda. Finalmente lo logro, rezamos juntos y a dormir.