97. LLEGARON LOS ALFAJORES

Jueves 1 de agosto

Hoy Andy se fue temprano a su trabajo, yo estaba dormidísima. Hace tiempo les dije que me estaba pasando que se me pegaban los ojos y no podía abrirlos. Pensaba que era porque estaba super cansada, pero descubrí que probablemente sea por la falta de pestañas, abajo casi no quedan. Me terminé levantando bastante más tarde, Judith ya había llegado a casa y estaba haciendo un poco de orden. Me preparé el desayuno viendo Survivor, es buena compañía, no se necesita mucha atención.

Me llamó papá, que estaba en lo de Male, para ver qué hacíamos, si venían los dos o él solo. Finalmente, decidimos que lo mejor era que viniera solo, pero en el medio pude charlar un rato con Malenuqui. Es un personaje total, estaba chocha jugando a ser Banfam y de repente se aparece vestida normal llorando porque su mamá no la dejaba “sayunar”. Eran las 12 del mediodía y ya había desayunado dos o tres veces. Obvio que consiguió lo que quería, le dieron frutos secos y banana cortada con pasta de maní (o como se llame). Aprovechando que su mamá estaba dándole de comer a Mateo y quedó el abuelo a cargo, se comió toda la pasta de maní y nada de la banana, abuelos. Siguieron jugando un rato con papá, desapareció unos segundos y se apareció con una cuchara y el tarro de pasta de maní. Cuando se lo quisieron sacar salió corriendo, capa total.

Después me fui a mi cama, un poco porque Judith iba a limpiar el comedor y otro poco porque estaba cansada, de la vida supongo. Aproveché para hablar con Jo, tenía media hora entre sus mil actividades. Hoy se va a volley y después hacen pícnic en la playa con Roby. En esta llamada descubrí que a Roby no le gusta estar los dos en la cocina, Jose había entrado a buscar arándanos y Roby se fue, necesita su espacio. Me da gracia porque su cocina es bastante grande, pero bueno, esperó a que Jose se fuera para ponerse a hacer los sándwiches de la noche. Falta muy poquito para que venga Cholita, ¡qué divertido, la extraño!

Llegó papá y la tarta de zapallitos ya estaba lista, genia Judith. Nos sentamos a almorzar la riquísima tarta mirando al río. Hoy comimos de forma más recatada, no como las otras veces que nos comíamos casi una tarta entera de una sentada. Creo que esta tenía mucho relleno, así que comimos una porción lógica. Después le propuse jugar una partida de Burako, arranqué muy mal, me quedó una canasta limpia arriba. No llegué a bajar nada, papá bajó, levantó el maceto en la misma mano y se fue, maligno total. Obvio que me ganó, pero considerando lo mal que arranqué, fue bastante digno el puntaje final. Después nos fuimos a dormir, él feliz, yo furiosa.

Levantados de la siesta, sonó el timbre, ¡llegaron los alfajores más ricos! Son los que probé gracias a Clari, de "La Aldea". Me compré dos cajas de doce alfajores cada una, pero van a ver que no van a durar mucho. Los compré para mí pero también porque quiero que Jose los pruebe y si le gustan se los lleve a Valencia. Me senté a escribir el capítulo y él aprovechó para bajar a fumar y de paso comprarnos una pechuga de pollo para la noche. Corregimos el capítulo y jugamos una segunda partida. En un momento muy tenso del juego llamó Rafi, diciendo que se le quedó sin batería el auto y no sabe cómo cerrar las puertas. La solución para el adulto de 35 años fue llamar a su papá. Según él, lo llamó porque el auto es de papá entonces él iba a saber cómo cerrarlo. Era obvio que era re fácil y el vago ni intentó. Esta partida de Burako no la llegamos a terminar, papá quería llegar a comprar la cazuela de mariscos cerca de su casa y se estaba por cerrar. Estoy 150 puntos arriba, me tengo fe.

Hoy fui la encargado de la comida de la noche, fideos tirabuzón tricolor con trozos de pollo dorado en una salsa cremosa con queso rallado. Estaban increíbles y esta vez sí nos excedimos con el plato. Por suerte y por vaga de la limpieza, se me cayeron varios fideos en la bacha. Como no quería ensuciar otra cacerola, usé el wok donde hice el pollo para hervir los fideos y cuando quise usar mi colador-ballena, al ser tan grande, se me iban escapando por los costados. Comimos viendo el capítulo 3 del encargado, qué loco que está este tipo, pero entretiene.

Hicimos un poco de fiaca en el sillón, rezamos juntos y nos fuimos a dormir.