91. LAS MEJORES SIESTAS

Viernes 26 de julio

Hoy toca análisis de sangre, así que me llevó Andy. Fuimos a buscar la camioneta pero antes pasamos por la farmacia a comprar los mil millones de medicamentos, entre ellos, el filgrastim. Importantísimo para tenerlo en el próximo ciclo. Estuvimos un buen rato, por suerte tenían una silla, porque sin desayuno y como estoy, no aguanto tanto tiempo parada. Conseguimos casi todo, faltó el aciclovir que no tenían, pero compramos las mil millones de jeringas, esta vez de las que le gustan a Andy y papá.

Llegamos al Mater, me deja en la puerta, saco mi turno de prioridad y bajo. Él se fue a cargar nafta, ¡casi no llegamos al Mater, siempre al límite! Me atendieron bastante rápido, esta vez en un box nuevo y con un señor, nunca me había tocado. Fue todo rapidísimo, subí nuevamente, nos encontramos en la esquina y me llevó a casa. Abajo estaba el comité del edificio definiendo cosas, hace poco pusieron una reja y ahora hay que ver cómo se cierra, es decir, qué tipo de llave usar.

Subí a casa, tomé el desayuno y me senté en el sillón a esperar que lleguen Flori y Mateo. Subió Flo y me dejó a Mateo, ella se fue a comprar pollo para el almuerzo. Yo aproveché a sacarlo del huevito y dormirnos una linda siesta, él arriba mío. Qué lindas son las siestas de bebé arriba de uno ¿no? Era todo lo que quería, con Male hemos dormido millones de siestas pero con Mateo no había tenido la suerte todavía.

Hicimos videollamada con Jo, volvió Flo y charlamos un rato más. Nos pusimos al día después de mucho tiempo sin hablar, estuvo con visitas y yo medio moribunda o con visitas también. Este tiempo fue más difícil coordinar un horario lógico para las dos. Nos contó un poco del trabajo y de la visita de Caro, yo le mostraba a Mateo que dormía con la boca abierta y cada tanto se reía, cosita divina. Se fue a comprar medialunas, porque estaba tentada, en el camino se apoyó en una puerta y resulta que ¡estaba recién pintada! Había un cartel pero en otro lado, así que no llegó a verlo y termino con un tattoo muy canchero. Llegada al local descubre que tienen rogel, es la primera vez que ve rogel en Valencia, así que tenía que pedírselo sí o sí, es su torta preferida. Flori se puso a cocinar, preguntándome el paso a paso de todo, personaje. A mí me tocaba el pollo, el menú de hoy fue pollo ligeramente dorado acompañado de un arroz cremoso y zanahorias caramelizadas, éxito total. Terminamos de comer y pasó Fede a buscarlos, los voy a extrañar.

Me quedé bordando, lo que pensé que era un rato terminó siendo varias horas. Para cuando me di cuenta, ya eran las 5 de la tarde y decidí que era hora de irme a acostar un rato. Le había escrito a Rosita para que viniera pero después le dije que tipo 6 me despertaba. Resultó ser que me dormí más tarde y para cuando me llamó yo estaba en mi quinto sueño y nunca me enteré. Al rato me llamó Andy y me dijo que Rosita estaba en la esquina tomando un café con unos amigos. La llamo pero me dice que me despierte tranquila que lo espera a Andy para subir. Sube Andy pero sin Rosita, resulta que nunca se enteró que él tenía que abrirle. Aproveché para escribir el capítulo y Andy se fue a darle las llaves a Rosita.

Llega Rosita, me desperté de la siesta con ganas de pizzas, así que previamente le había mandado mensaje para ver si estaba con ganas de hacer pizzas y contarle qué nos faltaba para hacerlas. Genia total llegó con las compras faltantes, charlamos un rato y empezó con la masa de la pizza. Después nos pusimos a ver opciones de impresión del libro, ayer una amigas le recomendaron dos editoriales, una de ellas tiene todo en la página.

Volvió Andy y las pizzas ya estaban casi listas, de toppings tenemos cebolla caramelizada y jamón con huevo. Le salieron increíbles, la masa finita y dorada, ¡me encanta! Mucho queso y riquísimo sabor. De postre la torta chocolatosa que trajeron las chicas. Terminada la comida nos despedimos, ninguno daba más.

Esta vez Andy se durmió rapidísimo, estaba destruido, no llegó a rezar conmigo. Recé y nos dormimos.