86. PIJAMA DAY

Domingo 21 de julio

Hoy hicimos un poco más de fiaca, qué lindo no tener que ir a sacarse sangre. Pero la noche no fue de las mejores, ojo, siempre mejores que las del primer mes que me desvelaba siempre. Esta vez me desvelé después de mucho tiempo pero no me pareció grave. A la mañana hablé con Cholis, está muy contenta con visitas en Valencia, disfrutando de la playa a horas muy tempranas. Las visitas vienen con una bebé divina que seguramente se levante muy temprano. Y Jose, ni loca se pierde ningún programa con su amiga, se levantó a las corridas y veinte minutos después estaban en la playa.

Desayuné choco krispis pero no quise comer nada dulce, porque algo de lo que me dijeron ayer me quedó resonando, así que me quedé pensando que podría al menos, al desayuno, limitar lo dulce. Ojo, creo que siempre algo va a haber considerando que no tomo té, café ni mate y lo reemplazo por submarino, nesquick o choco krispis. Andy se levantó después, yo pensé que seguramente estaba la carrera de fórmula 1 y quizás se la estaba perdiendo pero también pensé que seguro necesitaba descansar y ¿quién soy y para despertarlo? Cuando se levantó la carrera ya había empezado y, mientras está en vivo, no se puede ir para atrás, ni idea por qué. Ya iban por más de la mitad de la carrera, decidió que lo mejor era que verla después. Intentamos ir retrocediendo con el -10 del celular pero, son -10 segundos, y la carrera iba por la vuelta 46 de 70, tarea imposible de lograr. Finalmente me iluminé en relación al desayuno y decidí hacerme una fajita de queso. Inicialmente quería un tostado de jamón y queso pero no tenemos jamón y afuera pinta un día helado, ninguno quería salir. La “quesadilla” me quedó mil puntos gracias al Wok traído desde Brasil en la mochila de Andy, valió la pena. Es nuestra predilecta, las otras sartenes quedaron en el olvido, pobres, nadie las quiere. Él además se hizo huevos revueltos mientras veíamos “Survivor”, Andy se enganchó posta, es gracioso, a mí me entretiene mientras hago algo más.

Fue un día bastante terrible de dolor de espalda, hablando con Clari me di cuenta que lo más lógico era preguntarle a Laura si podía tomar Paracetamol. Ayer me lo había prohibido, porque tuve 37.4 y, me imagino, que quería ver si seguía subiendo o no. Siendo que no subió, hoy me lo permitió. Me fui a la cama con la mantita eléctrica amada y, como el día pintaba para estar en cama decidí empezar a leer Born. Pero no se descargaba aún en mi Kindle, me decía “en cola o espera”, así que, ansiosa como soy, decidí darle una segunda oportunidad al que habíamos empezado con Clari hace tiempo. Es literal una película pochoclera, debería averiguar si la hicieron porque es tal cual. Por momentos sufrí de vergüenza ajena pero superado eso, mejora, te genera algo de ansiedad por saber cómo terminará. A ver, obvio que terminan juntos, pero qué más hacen. La verdad que fue una buena compañía de domingo en solitario.

Para el almuerzo Andy recalentó el lomo de ayer y le sumó un riquísimo arroz cremoso, de los mejores hasta el momento, crack. Volví a la cama, pero creo que no me dormí, fui cambiando de posiciones en la cama para que la espalda moleste menos. Clave el almohadón triangular, muy necesario. Me fui tomando la temperatura, porque de repente me moría de calor, pero no supero los 37.1, la felicidad es total. Andy salió a correr y a la vuelta trajo el famoso jamón y ñoquis para la noche.

En principio accedí a su propuesta de menú pero velozmente me tenté con fideos tirabuzón tricolor mezclados en salsa cremosa con jamón tostado. Porque, aunque esté envasado al vacío, debe estar cocinado. Mientras escribo esto me doy cuenta que yo a la salsa la caliento así que quizás no era tan necesario tostarlo. Para mí es más rico sin tostar le da el toque de frescura. Este menú se lo debemos al hijo de Leo Messi y sus fideos con salchichas, los cuales me recordaron lo deliciosa de esa combinación. Hoy en día creo que salchichas mejor no, pobres, tienen mala fama, pero el jamón queda muy bien también. Vimos el tercer capítulo de “The Bear”, empieza a tener más sentido, al menos hay diálogos. Pero yo no estaba para otro capítulo más y mi libro estaba casi por terminarse. Y yo, si empiezo algo que me enganchó, lo termino.

Finalmente rezamos juntos y nos fuimos a dormir.

Donde me hubiera gustado estar