80. EL FOTOLIBRO

Lunes 15 de julio

Dormí bárbaro, acostarse tarde hace que uno este cansado y, si hay algo positivo de todo esto, es que no tengo que cumplir horarios. Para las 10 hs decidí que ya era hora de levantarme y desayunar. Andy se iba a la oficina y venía Judith a hacer un poco de orden. La mañana fue bastante lenta, escribí el capítulo, me bañé, pero todo muy lentamente. Se ve que las quimioterapias están haciendo su efecto en mi cuerpo, sumado a que no estoy haciendo mucho los ejercicios y aún no retomé yoga, voy a ver cómo viene esta semana.

Venía papá a almorzar así que desde temprano definió menú: tarta de zapallitos. Salí a comprar pero cuando llegue al Día no tenían las tapas de masa hojaldrada, no me pienso conformar con las criollas, cada comida cuenta y yo voy a comer rico. Salgo para ir al Carrefour de la vuelta, en el camino decido que debería ir llevándole las verduras a Judith así va empezando. Vuelvo al Día, pero los zapallitos estaban horribles. Voy a la verdulería y compro las verduras y huevos. Hasta acá íbamos bien, esperando el ascensor para subir estaba un poco cansada pero nada de gravedad. Le dejo las cosas y vuelvo a salir. Por suerte en el Carrefour había de todo, compré tapas por demás, son muy ricas. Para cuando volví a casa, estaba agotada y lo único que pude hacer fue tirarme en el sillón.

Llegó papá con todas las energías del mundo, feliz de la vida. Estaba super charleta, genial, porque cuando me canso, es cansancio real, no quiero ni siquiera hablar. Mientras, Judith me iba consultando cosas de la tarta, porque yo soy una hincha, por ejemplo: la masa tiene que ir antes al horno para dorarse un poco, los huevos se baten con casancrem y especias y no puede faltar el queso rallado arriba. La mayoría de estas cosas ya las conoce y se adelanta a todo, es muy capa y cocina riquísimo. Además, había puesto una calabaza al horno y hecho unas cebollas caramelizadas, con la idea de hacer una tarta para la noche.

Almorzamos con papá y después me iba a ir a caminar con Sonso. Por suerte me escribió que Sonsolitas, su bebé, estaba medio molesta y que iba a intentar dormirla y después venir. Excusa perfecta para ir de la mesa a la cama sin escalas. Me dormí tremenda siesta, y gorda como soy, me desperté con la idea de pedir medialunas a “La mantequería”.

Llegaron las Sonsoles de mi vida, esa bebé no puede ser más amorosa, además de ser la más linda de todas, parece de revista. Charlamos muchísimo, por horas, creo que nunca nos alcanzan. Además, venía con un regalo de parte de todas, coordinado por Cande. Me armaron un fotolibro con un mix de fotos espectacular, intercalado por cartitas de cada una, que supuestamente llegaba para el primer ciclo. Al final, mucho mejor que llegara ahora, pasado todo el caos de esas primeras semanas. La llamamos a Cande por videollamada para el unboxing, como le dicen ahora. Venía en una caja divina con papel de seda, todo una paquetería.

Vuelve papá para el momento filgrastim, se había ido a respirar un poco de aire fresco. A esta altura, re contra podría hacerlo sola, pero mucho mejor si hay alguien de apoyo moral y que se ocupe de pinchar. Las nuevas jeringas son muy finitas y bastante incómodas. Superada la primera inyección, solo quedan mil más a lo largo de la semana.

Justo me escribe Agus que tenía algo para mí, así que la invito a sumarse. Llega para cuando Sonso se iba pero por lo menos se cruzaron un ratito. Nos pusimos al día con todos los detalles de la boda, ¡se casa en abril! Con Agus siempre me divierto, es muy graciosa y talentosa. Tiene un emprendimiento llamado: “Nudo sweaters”, teje sweaters, chalecos y ahora gorritos muy cancheros, a pedido. Venía con una caja muy linda llenísima de cosas, además con una cartita a mano, creo que a esta altura ya saben que soy fanática de las cartas. Me tejió un gorrito que no solo es muy canchero, sino que además, está tejido con la lana más sedosa del mundo, real tiene un poco de seda en su composición. Además, un denario muy lindo de la virgen de Schoenstatt, un cuaderno creativo con varios desafíos y cosas riquísimas de Le Pain Quotidien. ¡Está loca, se zarpó con las mil cosas! Cuando se fue aproveché para leer la cartita, me encantó, me parece que me dicen muchas flores todos, no me quedo, siempre es lindo que te digan cosas buenas.

Llegó Andy, de fútbol, ¡esta vez empataron! Estaba chocho que había jugado bárbaro, se va a bañar y yo me pongo a cocinar. En vez de tarta, es zapallo especiado al horno con queso gratinado y cebolla caramelizada. Mientras se terminaba de cocinar, Andy se puso a ver el cuaderno y se emocionó con las cosas que escribieron las chicas. Yo decidí, que estando tan cansada, lo mejor era mirarlo con más tranquilidad mañana.

Comimos juntos, de postre un poquito de la riquísima marquise y Andy su habitual cucharada de dulce de leche. Empezamos a ver una película, no sé cómo sigue con energía después de acostarse tarde, ir a trabajar y jugar al fútbol. Tiene buena pinta, la frenamos porque Andy ya no podía más y yo nunca me niego a dormir. Me pone un poco nerviosa el personaje principal pero actúa muy bien. Mañana daremos el veredicto. Llegados a la cama, nos copamos mirando fotos viejas del teléfono, a las 12 hs es el cumple de mamá, todo empezó por ahí. Finalmente, rezamos juntos y nos fuimos a dormir.