73. HOY CONOCÍ A MI AHIJADO

Lunes 8 de julio

No dormí mucho, estaba pensando en que quería conocer a Mateo, y cómo iba a ser la logística del día. Me desperté, hablé por teléfono con papá que ya estaba esperando en balizas, me bañé a toda velocidad y nos encontramos en la esquina de casa. De camino al Mater, mandé la orden por mail para llegar y que ya la tengan, hoy tengo análisis de sangre. Además, busqué algún lugar para tomar un rico desayuno ya que voy a tener que hacer 5 hs de ayuno hasta la famosa tomografía de mitad de tratamiento. Llegamos y bajé al laboratorio mientras papá me esperaba en el auto, hoy había mucha gente pero igual me atendieron bastante rápido. Subí, mi sillón de siempre estaba ocupado, me tuve que sentar en otro hasta que llegó papá.

Fuimos primero a comprarle algo rico a Flori, de desayuno le habían llevado galletitas de arroz con un queso crema, no muy tentador, similar a mis galletitas sándwich. Después fuimos con papá al lugar para desayunar que vi en Google maps, que quedaba a dos cuadras de Los Arcos. Me pedí un tostado pero, como no puedo comer jamón que no esté envasado, era solo de queso. Yo que me había imaginado un super desayuno fue un fiasco, por suerte el submarino estaba muy bien. Pasamos por otro lugar a comprarle unas medialunas a Fede, estas si tenían pinta pero lamentablemente ya había empezado mi horario de ayuno.

Hacía un frío tremendo, por suerte cuando todo esto empezó, Tere me regaló una campera super abrigada que llega hasta la rodillas. Subimos a la habitación y ahí estaban los cuatro con mamá. Flori está espléndida, con calmantes así que por suerte sin dolor, ya parada y fuera de la cama desde ayer. Nos turnamos entre todos para tener a Mateo, tremendo la diferencia con el nacimiento de Male, que además fue en pandemia. Es un gordo divino, se porta bárbaro. Male al principio no le daba mucha bola pero cuando vio que le hacíamos mimitos, ella también empezó a hacerle. Le mostraba su cunita, jugaba con la cama de Flo, que es lo que más le gusta en este mundo. La habitación que tienen es un divague, tiene una sala de estar gigante, el baño compartimentado también enorme y la habitación tiene un mega ventanal que da a Juan B Justo. Parece más un hotel que un sanatorio. Nos sentamos con Male a mirar cuando pasaba el tren, y a ver las personas que paseaban con cochecitos o con perros. Estaba re contenta de estar con todos, ayer se había ido de pijamada con mamá por primera vez y parece que se despertaba cada tanto y pedía por su mamá, pobrecita, no está acostumbrada a dormir sin sus padres. Por ahora parece estar aceptando bastante bien la llegada de Mateo, en un momento Flori le dijo que van a tener una cunita en su casa también y por su cara nos dimos cuenta que eso no la convenció mucho, pero no dijo nada. Pasó Andy un ratito a saludar y conocerlos. Antes de irnos le limé las uñas de una mano a Mateo que las tiene larguísimas, con Male no me animaba ni loca, ya empiezan las diferencias entre uno y otro. Pobre Mateo me parece que no va a tener los mega cuidados que teníamos con Male. Igualmente, por otro lado, ya tenemos todos más experiencia y él está bárbaro, creo que nos va a sobrevivir sin problema.

Mamá nos llevó a casa, Andy se fue a trabajar y yo me puse a bordar un nuevo proyecto, veremos cómo sale. Velozmente se hicieron las 14:40 hs y me pasó a buscar mamá para la tomografía. Cuando íbamos por la mitad del camino me di cuenta que no llevaba la orden y tampoco le había sacado foto, tuvimos que volver a casa. Terminé llegando sobre la hora, mamá se quedó en el auto porque no encontramos lugar para estacionar. Subí al segundo piso y me llamaron bastante rápido. Por suerte no me tuve que poner el camisolín y me quedé con mi ropa. Primero me pusieron una vía pero por ahora sin nada, hicieron unas imágenes sin contraste y después me conectaron la vía al contraste. Es una fiaca, sentís un gusto metálico que igual no es tan grave como sentir que te estás haciendo pipí, me lo habían aclarado en otra oportunidad porque esta vez no me lo dijeron y de verdad parece que te hiciste encima, por suerte es solo una sensación. Antes de desconectarme, chequearon que las imágenes estén bien. Me sacaron la vía y me fui a reencontrarme con mamá que estaba con Tere que le había hecho compañía.

Nos fuimos a casa, en el auto me comí una de las dos cookies que me había comprado mamá mientras me esperaba. Conseguimos estacionar bastante rápido, yo continue con mi bordado porque tenía que tenerlo listo para cuando llegue Rosita que tiene la tarea de coserlo. Logré terminar el primero antes de que llegué María, mi profesora de yoga. Hablamos por videollamada con Choli, que nos mostró todas las compras que habían hecho entre ella, mamá y Flori, había cosas repetidas y todo, un caos que va a tener que resolver. Está preocupada que no aparece en el blog, según ella: "la gente va a pensar que estamos peleadas". Siempre hablo con Choli, para empezar todas las mañanas me manda una foto del pasado que suelen ser muy divertidas y después hablamos durante el día, algunas veces más otras menos, por ahora no nos peleamos nunca, a no preocuparse (va para Choli esto último).

Llegó María, esta vez la clase fue en el cuarto de los murciélagos porque en la mesa del comedor ya estaba la máquina de coser, los hilos, telas y demás. Fue una clase intensa pero muy buena, de vuelta hubo un ejercicio que no pude hacer porque sentía que me tironeaba mucho el port a cath. En el medio pasó Andy a buscar sus botines de futbol ya que se iba a jugar con los amigos de Rafi.

Llegados los resultados del análisis de sangre le mando a Laura, veníamos hablando desde la mañana porque me dieron turno de internación 14:30 hs y lo ideal hubiera sido que sea a la mañana. Estando los resultados del análisis bien me dijo que le escriba mañana tipo 9 hs para ver si se desocupaba alguna habitación más temprano, ojalá que sí porque mi plan es llegar y conectarme de corrido hasta el sábado a la tarde. Sábado a la noche duermo en casa, sí o sí, ya lo manifesté, como dicen ahora.

Terminada la clase, Rosita ya había cosido el primero y me puse a bordar el segundo, lo cosió también, ¡logré llegar! Después, empezó con el proyecto de mamá pero lo interrumpimos para pensar la comida. Es tan capa Rosita, puso todas las verduras que había en casa al horno, quedaron espectaculares: batata, zapallo, zanahoria y cebolla, nunca se me hubiera ocurrido. De picada pusimos unas milanesitas de berenjena, y para la comida milanesa de carne y la última remolacha de la heladera. Mientras Rosita preparaba todo, yo escribí el capítulo y lo publiqué. Nos sentamos los tres a comer, yo no daba más, no había dormido bien y además no tuve siesta. Después de comer Rosita se fue a su casa y yo me fui a bañar. Rezamos juntos con Andy y a dormir.