74. 4º CICLO – DÍA UNO

Martes 9 de julio

Dormí bastante poco, la ansiedad me tiene mal, pensaba en cómo íbamos a hacer para llegar hasta el Mater con el desfile del 9 de julio, a qué hora tendría que ir, quiero saludar a Mateo una vez más antes de la internación… Miré Google Maps y estaba todo cortado por todos lados. Finalmente tipo 9 me desperté, nos quedamos los dos haciendo fiaca en la nube con muy pocas intenciones de arrancar el día. Finalmente nos levantamos y desayunamos, hoy tengo desayuno de campeones pre galletitas sándwich. Empecé con una taza de choco krispis, seguida de un alfajorcito de maicena que todavía me quedaba y coronado por una cookie de le pain quotidien de ayer, todo muy nutritivo, dicen que es la comida más importante del día.

A las 9 le había escrito a Laura, como habíamos acordado, pero todavía no había novedades, me dijo que le escribiera en una hora y así lo hice. A las 10:30 hs me respondió que vaya tipo 12 hs. No me quedaba otra más que activar porque en la negación, no había hecho ni siquiera el bolso. Empecé con la ropa, después la compu, cuaderno, impresora, marcadores y demás. En el medio habían empezado a pasar los aviones, Andy me gritaba desde el living que vaya a verlo, la verdad que fue bastante impresionante, ¡tenemos un montón de helicópteros!

Con todo listo, fuimos caminando hasta el estacionamiento con valija y bolsa de almohadas. Primera parada: Los Arcos, necesitaba verlo un ratito a Mateo antes de la internación, hasta el finde no lo veo sino. Andy me esperó en la camioneta y yo subí, estaba comiendo muy amoroso tapándose la carita. Justo estaba Choli en videollamada así que me sumé, estaban viendo la ropa repetida y qué devolver. Después de un ratito, me despedí de los tres, ya era hora de irme. Mateo es una gran alegría por todos lados, no sólo estoy feliz que ya esté acá y haya podido conocerlo en persona sino que además esta nueva familia de cuatro va a necesitar toda la ayuda que le ofrezcan. Me gusta esto de compartir la atención, más ahora que me siento bárbaro y ya conozco cómo es todo.

Ahora empieza la odisea para llegar al Mater Dei, considerando que el desfile es por Libertador y el Mater queda del otro lado. Decidimos ir hasta La Pampa, agarrar la autopista, bajar por Sarmiento e ir hacia salguero. Claramente no éramos los únicos con esa idea, cuando agarramos Sarmiento ya empezamos con el tráfico, estaba llenísimo de autos estacionados por todos lados, me imagino que los dejaban ahí y caminaban a ver el desfile. Tardamos una hora reloj en llegar, con un poquito de trampa. Conseguimos lugar para estacionar a una cuadra del Mater, espectacular.

El “sanatonio” estaba desolado, no había nadie, nunca lo vimos así. Nos anunciamos en recepción, me entregaron los papeles y subimos al cuarto piso. Nos recibió Caro y nos llevó a la habitación 402, había estado acá unas horas en la última internación y después me pasaron en frente. Pero esta vez no me parece tan mala, el sol entra por la ventana, lo cual es muy agradable, el baño es un poco más grande y la ducha está delimitada, es decir, no se inunda todo como en las otras habitaciones, o eso creo, ya les contaré. Pedimos comida porque no habíamos almorzado nada, pero pasó una hora y no había novedades ni de la comida ni de la pre quimio.

Apenas entré a la habitación le mande mensaje a Laura “finalmente pudimos llegar, habitación 402”. Fue la primera en aparecer, me controló y me dijo que mañana veíamos lo de la tomografía pero que está segura que va todo bien porque ya clínicamente estoy super bien. Nuevamente, ahora más tranquilos, le pregunto por las vacaciones. Tenemos ganas de irnos a un all inclusive de playa una semana, hay mil paquetes muy económicos, el problema es que vamos a tener que sacarlo medio sobre la fecha porque no sabemos cómo avanzará todo. En mi cabeza me hago el PET y, de ser necesario, arranco con radioterapia al toque, pero me estoy olvidando de toda la burocracia y pedido de turnos… Según Laura en el período entre PET/radioterapia y los tres meses hasta el próximo PET es la ventana para irme de vacaciones. Le pregunté si puedo subirme a un avión e irme a dónde sea y según ella sí, también me aclaró que ella es más permisiva que Gonzalo para los viajes, que también le pregunte a él cuando lo vea, ¡pero que por ella no hay problema!

Cuando Andy se va a comparar comida pasa por enfermería y consulta si había novedades, le dicen que la comida está en camino y que farmacia ya les envió las bolsas para empezar. Vuelve Andy y se pone a comer una milanesa napolitana con papas al horno. Al ratito aparecen Pabla y Cristina, hoy mi enfermera oficial es Cristina. Preparan todo para habilitar el port a cath, es todo un procedimiento, primero desinfectan toda la zona, después me ponen una tela azul que tiene un agujero para poder trabajar en la zona, me imagino que hará que todo esté lo más estéril posible. Nuevamente desinfectan, Pabla me va explicando todo lo que hacen. Como mi port a cath es chiquito, porque yo soy chiquita, me pusieron una aguja pediátrica. El momento de la aguja no fue grave pero sí el posterior. Parece que la medicación no estaba pasando, tocaban las vías: abrían y cerraban, configuraban de nuevo el robot, pero no pasaba nada. Yo no estaba para arrancar con doble pinchazo o algo peor porque el port a cath no quería andar. Finalmente funcionó, alegría y festejos internos a full. Me sacaron la tela azul y volvieron a conectar todo, ¡arrancamos con la previa!

La comida aún no llegaba, llamamos a nutrición, el benadryl ya estaba haciendo su efecto de ensoñación. Le pedí si podía enviarme un tostado, antes de que me duerma por completo, ya no tenía ganas de un mega almuerzo. Por suerte llegó rápido lo comí medio despierta, medio dormida. Hablé un ratito más con Andy y me re contra dormí. Escuchaba el robot que chillaba pero estaba totalmente frita, Andy muy capo se quedó para avisar a las enfermeras cada vez que sonaba, hubo avisos de “fin de infusión”, hubo “burbujas de aire”, creo que no faltó nada, igual después me dijo que algo pudo dormir. Cuando me desperté, dos horas y media más tarde, estaba mamá y yo tenía que activar para tomar las cinco pastillas de corticoides. Las tomé, mientras pasaban el zofran (reliveran más potente), y al ratito trajeron la primera bolsa, ¡objetivo logrado, ya arrancamos! Sábado en la manshon estás cada vez más cerca.

Mamá había venido con cosas riquísimas para el té, capa total. Se puso a terminar de tejer el sweater para Mateo, le quedó divino, Male tiene uno igual, ¡van a estar de mellis! Me contó de su día con Male, parece que les fue re bien, durmió toda la noche de corrido con la cabecita apoyada en su brazo, una amorosa total. Fue Tere a auxiliarla para poder bañarse, Male jugó chocha. Después bajaron a ver los caballos y fueron a la plaza. Por acá me puse a escribir el capítulo y mamá se fue a su casa a preparar el bolso, hoy le toca dormir con Flori y Mateo, ¡está a full cuidados!

Me trajeron la comida super temprano, Andy llamó para decirme que llegaba justo para ver el partido. Publiqué dos minutos antes de que empiece y lo mandé a mis abuelas. Prendí la tele y me senté a comer, tenía que tomar las pastillas de la noche post comida. Llegó y se sentó conmigo en la mesa, se tomó la sopa de fideos feliz de la vida, se había traído fideos tricolor, pero el mala onda les puso la salsa picante que le trajo Huevo, así que mucho no me animé a probar. A mí me trajeron milanesa de pescado con puré de papa, y un durazno en almíbar cortado a la mitad.

Miramos el partido, los dos con anteojos obvio porque estábamos lejos y la tele es un poco bastante más chica que la nuestra. En el entretiempo pasó Erika para hacer los controles de la noche y hablamos un rato. Le pedí si me prestaba cinta para colgar el poster que me hicieron las chicas de este ciclo, esta vez quedó arriba del cuadro, tapándolo, el payaso no me parecía muy agradable.

Terminado el partido, todos felices, vimos algunas de las entrevistas posteriores y salimos a caminar. Dimos bastantes vueltas charlando un poco de la vida, volvimos y acomodamos todo para dormir. Rezamos juntos, pero nos olvidamos el agua bendita, ya lo sumamos a la lista de cosas que faltaron, junto con las pantuflas. Esta habitación parece ser más tranquila, no se escucha casi nada y eso que estamos al inicio del pasillo, quizás es mejor.