69. ¡MAMÁ, ESCRIBÍ MI PRIMER LIBRO!

Jueves 4 de julio

Dormí muy bien, hoy tocaba ver a Laura. Me levanté a las 8 y desperté a mamá. Justo vinieron los de la fumigación, así que mamá les abrió mientras yo me vestía. Me comí una riquísima taza de choco krispis, nos abrigamos las dos y nos fuimos a la Clínica del Sol. Llegamos bien de horario, vinieron a asistirnos a los que sacábamos número porque no querían que hubiera demoras… Resultó que terminamos todos sentados esperando a que nos llamen, un buen rato. Claramente la demora no era con el tótem que da números, más bien con las personas que recepcionan. Eran varios pero atendía uno solo, por momentos se sumaba algún otro. Finalmente tocó mi turno y fuimos a esperar a Laura, que por suerte ya nos había saludado, previo a subir a ver a sus pacientes internados.

Apenas bajó fui la primera que llamó. Me había anotado varias preguntas, mamá y papá tienen sus teorías, ya sea porque lo leyeron o porque a alguien conocido que tuvo cáncer se lo dijeron. Por ejemplo, papá está convencido que yo no puedo tomar sol. Yo estoy convencida que cuando esto termine nos vamos a ir, al menos una semana, de vacaciones a algún lugar, si es playa mejor. Por lo cual, obvio que eso fue lo primero que tenía escrito en mi lista, pero quería parecer un poco más preocupada por la enfermedad y no estar siempre pensando en fiestas y viajes. No olvidemos que en mi primer ciclo ya estaba planificando la fiesta de pijamas de festejo.

Me revisó, todo bien, y me dijo que esta vez no íbamos a escalar la dosis porque me habían bajado demasiado los neutrófilos, menos de 300. Le consulté si el hecho de escalar la dosis tenía algo que ver con las posibilidades de hacer o no rayos después y me dijo que no. Me aclaró igualmente que puede ser que esta próxima vez no bajen tanto y podamos escalar para el siguiente, que igual no es algo por lo cual preocuparse. Me dio las ordenes que me hacían falta, el lunes tengo laboratorio y tomografía (a pedido de OSDE), igual me da muchísima intriga, yo también quiero saber. Además, le consulté si en el primer día de internación era posible hacer la previa y el inicio de la primer bolsa en continuado, para estar menos días. Ella siempre tan amorosa me dijo que sí mientras lo iba consultando con Vero, para saber si la mezcla de las famosas bolsas “danger” estaría lista. En principio me internaría el martes a la mañana y, si hacemos la continuación, según mis cálculos, esto no lo consulté, me iría de alta el sábado, ¡¡un día menos!!

Mamá hizo su famosa consulta del azúcar, leyó que las células cancerígenas viven de la glucosa y por eso no es recomendable comer tanto dulce. Laura dice que es cierto que eso se dice pero que no existe evidencia científica y que para tal caso quienes son diabéticos serían más propensos a tener cáncer y no es así. Puedo seguir comiendo torta, alfajores y chocolates. Esta vez la vacuna coincide con la internación así que lo veremos una vez internada. Finalmente hice la pregunta que quiero hacer hace mucho tiempo: “¿me puedo ir de viaje a la playa cuando esto termine?”, ¡la respuesta fue muy favorable! Me faltó preguntar cuándo sería eso, porque debería ser medio apenas termine todo ya que después vuelvo a trabajar y no da que me tome vacaciones una vez que retomo. A la vez, estoy enojada conmigo por pensar así porque lo de ahora no es una vacación, y fue un año bastante revolucionado para mí, debería estar en todo mi derecho a irme de vacaciones pero no puedo evitar pensar que seguramente no me tome días una vez que retome.

Volvimos con mamá a casa, llegamos a la misma vez que Judith. Me senté a escribir el capítulo, mamá me hizo masajitos, ¿cómo no se nos ocurrió anoche unos masajitos de mi mamá?, “pienso escaso” diría la Nonet. Después se iba a comprar una lana, me va a tejer un chaleco muy canchero, para estar abrigada y fashion este invierno, es lo más. Antes de irse, tomamos las medidas del placard de Andy para comprarle estantes, tiene mucho espacio vació y mucha ropa aplastada, ya es hora de mejorárselo. Debería hacerlo yo, ya que fui yo quien le robó la cajones que había en su placard, él no estuvo muy de acuerdo pero el cambio ya estaba hecho para cuando se dio cuenta. Empecé a leer la nueva novela que estamos leyendo con Clari, me costó un poco entender el inicio, tuve que leer la primer hoja dos veces porque no entendía nada. A la segunda, viendo que seguía sin entender, decidí continuar leyendo a ver si eso me aclaraba un poco la situación, y por suerte así fue.

Almorcé unas tartas de pollo, puerro y champiñones. Exquisitas, ésta vez Judith hizo el relleno y yo armé las canastitas con tapas de empanada. La clave está en usar la masa hojaldrada de “La salteña”, por lejos la más rica. Debo decir que estaba apetitosa porque puse tres a cocinar pensando en dejar una para Andy pero él no llegaba y yo, después de comerme dos, quería comer otra más. De más está decir que cuando Andy llegó ya no había más tartitas cocinadas, en mi defensa llegó tardísimo. Después me fui al sillón a ver la primer temporada de Bridgerton, eso es lo bueno de mí no memoria para series y películas, puedo volver a verlas como si fuera la primera vez. Me pasó muchas veces de ver una película con Andy y no darme cuenta que ya la había visto hasta que llegaba el final o se resolvía el conflicto y recién ahí recordaba todo, como si fuese la clave o una llave a mi memoria.

Estaba muy ansiosa porque llegue Andy, de la imprenta me dijeron que a las 16 hs ya estaría todo listo, pero yo quería ir con él. Según me había dicho a la mañana, a las 15 hs estaría en casa, obvio que yo ya sé que no va estar a la hora que dice, y siempre calculo mínimo una hora más tarde su llegada pero esta vez estaba muy ansiosa, y tenía una razón muy importante para estarlo. A las 16 hs lo llamo y no tenía muchos planes de regreso, hasta que le dije que lo estaba esperando para buscar el libro de Male y ahí decidió volver. Llegó a las 17 hs, nos encontramos abajo de casa y fuimos, a buscar las 12 copias que mandé a imprimir, yo casi que iba corriendo de la ansiedad. Obvio que apenas entré ya sabían quién era, creo que soy su pesadilla, igual me porté re bien y no les escribí más desde que envié la última versión el martes. ¡Quedaron increíbles! La impresora que usaron es altamente superior a la que tienen en el local y, al hacer la muestra, descubrieron cómo hacer bien el gancho y el doblez para que queden… ¡¡ESPECTACULARES!! Estoy demasiado feliz, pensar que la idea empezó el 24 de mayo y ya está 100% materializado e impreso en mis manos, increíble. ¡Male recupérate ya mismo que tu tía no aguanta medio día más sin dártelo! Obvio que les escribí a sus padres para ver cómo seguía, Fede me respondió con un audio muy amoroso de Male que decía: “Hola Luloooo… tengo cocoooos”. ¿Cómo me voy a enojar por no verla después de ese audio? Este padre sabe jugar con los sentimientos de la tía Lulo, deben estar hartos de que les pregunte si ya se curó.

Cuando llegué a casa me dediqué un buen rato a admirar mis libros. Después lo llamé a papá para corregir el capítulo, agregué las fotos (también agregué al capítulo de Cris que por alguna razón no se habían querido subir). Configuramos la tele para poder ver el partido en pantalla grande, no como los anteriores que los vimos desde la pantalla de mi computadora. Comimos ñoquis de papa con crema y queso, acompañado de pancito recién horneado. Después vimos el partido, bastante relajados hasta el gol de Ecuador. No estaba preparada para el nivel de tensión que manejamos esos últimos minutos, totalmente innecesario, yo ya estaba lista para irme a dormir feliz. Qué crack que es el Dibu, tremendo.

Rezamos juntos, después de varias noches separados, y nos fuimos a dormir.