top of page

61. CONTANDO OVEJAS

  • Mery Torello
  • 27 jun 2024
  • 4 Min. de lectura

Miércoles 26 de junio

 

No fue la mejor de las noches, me desvelé dos horas, giraba sin parar, me molestaba la espalda y no encontraba posición. Finalmente me levanté y descubrí varias luces de la casa prendidas, obvio que las apago. Caminé un ratito corto pero decidí que no era hora de despertarse, había que seguir intentando. En el medio del desvelo me doy cuenta que desde que me desperté no escucho a mi vecina de arriba caminando, espero que esté bien. La señora camina 24/7 con unos tacos que se escucha todo. A los minutos de mi pensamiento la escucho, buenísimo, la señora está bien. Ahora, ¿cómo hago para dormir? Me puse a contar ovejas, llegué a la 350 y nada… decidí rezar, y se ve que en un momento me dormí; me volví a despertar, seguí rezando y así hasta que se hicieron las 9, no sé qué tan profundo logré dormir pero algo descansé.


Hoy es la mañana de las imprentas, tenemos dos cerca y finalmente logré que Andy me acompañe. Todos estos días se había ido a la oficina, salimos copados con la impresión pero no muy convencidos con el formato. Además yo tenía bastante trabajo intelectual por delante, no es tan fácil imprimir un libro. A la vuelta paso por la carnicería a comprar unos pollos. En el medio de la caminata me iluminé y decidí que de almuerzo íbamos a comer fideos tricolor con pollo.


Llego a casa, Cande ya estaba trabajando, y me doy cuenta que no compré crema. Con mis habilidades de persuasión logro que Cande vaya a comprar y a cambio me puse a cocinar. El pollo estaba dorado por fuera y tierno por dentro, el punto perfecto. Pero cuando quise buscar mis fideos descubrí, para mi sorpresa, que ya no había más tricolor, ¡drama! Lo llamo a Andy porque esto no podía estar pasando, la última vez, él había comprado fácil 10 paquetes, no teníamos donde guardarlos, yo estaba segura que en algún lugar estaban escondidos, pero no. Por suerte había un último paquete de fideos tirabuzón pero, todos del mismo color, embole.


Preparé los fideos tirabuzón con pollo bañados en una salsa cremosa, los más ricos que Cande haya probado jamás, yo creo que no me tenía mucha fe. De postre obviamente chocotorta. Mientras hablamos aprovecho a preguntarle en qué programa me conviene hacer el trabajo del libro, ella consulta con su equipo y una de las chicas se ofrece a mirarlo, y si tengo suerte, ¡hacerlo! Sería una mala crianza terrible y una felicidad aún mayor.


Llega mamá a las corridas, previa pasada por la librería a pedido mío. Venía con la nueva ventana y el señor que la colocaba. Según ella mi ventana estaba muy fea y además no andaba bien. Quedó muy bien pero estoy contenta de no haber cambiado ninguna más. Al ser ventana empotrada en el marco anterior, te achica bastante la visual y yo no quiero perderme ni un centímetro de mi vista al agua. Mientras el señor colocaba la nueva ventana y mamá ordenada mi cuarto, yo me puse a armar unos juegos para la próxima visita de Male, para eso había sido el pedido de librería. En mi opinión, me quedó increíble lo que hice, ya les mostraré. De merienda, las riquísimas masitas de Mamía, hasta que llegue el momento de la inyección, que no me duele pero no me divierte. Cuando Andy está por pincharme tocan el timbre, salvada por la campana. Era Nonet que venía a traerme las fotos que Emilia le había llevado de su jardín para que yo las vea. ¡Son lo más esas dos! Estuvo solo dos minutos, todo ese trabajo de salir de su casa con este frío, para una visita super exprés, es una genia.


Momento filgrastim al acecho, una vez terminado, me quedo leyendo en el sillón. El libro que tanto me había gustado empezar, está siendo un poco repetitivo, ya sabemos con son los amores de sus vidas pero no hace falta decirlo cada dos oraciones. Es tan repetitivo que llegué al punto de saltearme oraciones, yo no suelo hacer eso.


Nuevamente suena el timbre, ¿quién más tiene llave de abajo y viene a esta hora? ¡Me había abstraído tanto que por un momento me olvidé que habíamos invitado a Rosita a comer! Llega muy feliz con un regalo para mí, traía un juego en el que estaba segura que me iba a ganar, yo tenía mis dudas hasta que lo vi. Maldita Paulina cocina y sus datos culinarios, acá me gana sí o sí. Lo miramos por arriba pero se pone a cocinar mientras yo le hago compañía sentadita en el banco de la cocina. Andy se había ido a correr. Charlamos un rato y después me voy a escribir el capítulo que si no se me hace muy tarde.


El menú de hoy es: pastel de carne cortada a cuchillo marinada en una cebollas caramelizadas, cubierto por un cremoso puré de papa y zanahoria. Esta vez no le sumé queso, creo que llegué a mi límite máximo de queso en vida (obvio que voy a seguir comiendo, pero un respiro no viene mal). Estaba muy rico, pero me porté bien y no comí segundo plato. Charlamos un rato más y nos despedimos, hoy no había dormido siesta y me estaba empezando a doler de nuevo la espalda.

 

Me doy un buen baño de agua caliente, hablamos un rato con Andy planificando estos días que se vienen, rezamos y a dormir.



Entradas recientes

Ver todo

5 Comments


flomaydixon
Jun 29, 2024

❤️

Like

Clara Millán
Clara Millán
Jun 28, 2024

Fan de los fideos tirabuzón y mucho más si son tricolor, te entiendo perfectamente. Cada vez más cerca del libro, unas ganas de leerlo!

Like

tmorfila
Jun 28, 2024

Que lujo los chefs que tenes!!!

Like

candysires
Jun 28, 2024

Aiii Dios, soy fan de tu blog y de Uds 2 🥰

Like

Lucia Dotras
Lucia Dotras
Jun 28, 2024

Le pones una onda a todooo👏

Que tia se hecho maleeee!

Like
bottom of page