53. 3º CICLO – PRE QUIMIO

Martes 18 de junio

Me desperté a las 8 con un mensaje de Laura, le había escrito ayer para saber a qué hora tenía que ir al Mater, me contestó que tipo 14 hs, ¡el mejor mensaje del mundo! Tengo una mañana más en “la manshon” y me puedo quedar un rato más en mi nube, qué felicidad. Le mando a Andy y mi familia que era después del mediodía, viene a saludarme a la cama pero le digo que voy a dormir un ratito más. Más tarde se fue a la oficina, tenía una reunión que la cambió para la mañana así podía estar en mi admisión. Además coordinó para que venga Rosita a la mañana y almorcemos, capos los dos. Eran 10:30, ya re pasada mi hora de las pastillas, pero bueno, una vez que me porto mal. Desayuné antes de que llegue Rosita, no quiero que piense que soy una vaga…

Lavé mi desayuno, puse una tanda de ropa y llegó Rosita con las compras. Tenía una reunión en un ratito, peló a toda velocidad las papas y me explicó cómo hace ella las papas a la crema. Me bañé y cambié, así ya iba avanzando en las tareas de la mañana, corté las papas y las puse: capa de manteca, capa de crema, todo bien light y tranqui. Después hice el bolso, le elegí ropa a Andy, puse sus sábanas y pantuflas y dejé todo listo para cerrar a último momento. Rosita termina su reunión y se pone a hacer las milanesas de pollo. Yo me siento a corregir algunas cosas del libro de Male, que me fueron indicando algunas imprentas, por ejemplo que las hojas tienen que ser múltiplo de 4. Almorzamos juntas unas riquísimas milanesas caseras de pollo acompañadas de unas irresistibles papas a la crema, cocinadas con una mezcla suave y cremosa que se funde en la boca, y coronadas con una generosa capa de queso gratinado dorado. Yo creo que comí como si no hubiera mañana, estaba muy rico todo. Llega mamá a buscarme, rápidamente termino de cerrar valijas y reviso tener lo necesario, se aparece Rosita y pega un grito tremendo. Se me paró el corazón, pasaron veinte escenarios por mi cabeza, obvio la mayoría donde los murciélagos eran protagonistas, hasta que me pregunta: “¿esa bolsa va?”. Ahí nos tentamos las dos del susto que me pegué, era la bolsa de las almohadas, ¡de las cosas más importantes en una internación! Me ayuda a bajar con todo y después vuelva a casa a dejar todo acomodado, ¡es una genia total, muchas gracias!

Llegamos al Mater, en el viaje me estaba incomodando el port a cath, sentía mini tirones, por suerte estábamos yendo a internarme. Llegamos, me anuncio y me preguntan si venía a hospital de día porque no me tenían anotada para internación… Esa mañana me habían escrito para confirmarlo todo por lo cual no tenía mucho sentido lo que me estaban diciendo. Finalmente lo encuentra y nos sentamos a esperar a que nos llamen desde la admisión, nos entregan los papeles y subimos. Me tocó la habitación nº 408, la que está pegada a mi amada 407, compartimos puerta que las conecta. Es un poco más chica pero tiene re linda vista. A esta altura yo tenía mucho sueño, entre ayer que nos dormimos tarde y el almuerzo de hoy. No daba más pero sabía que la medicación de hoy me hacía dormir entonces tenía que aguantar hasta que llegara. Mamá pega el corazón en la ventana y me da la mariposa de esta internación, esta vez es violeta, muy linda.

Entran los cuatro enfermeros de la tarde: Ivi a la cabeza porque es mi enfermera oficial de la semana, Cintia, Bruno y Rodri, un lujo. Mientras Rodri y Bruno le agregaban 3 robots a mi torre, Cintia e Ivi preparaban todo para ponerme la aguja en el port a cath y los famosos Tegaderm. No fue grave, un pinchazo y ya estaba todo colocado, la verdad que es un gran invento el port a cath, evita pasar por quirófano, o al menos por una sedación, para poner la vía central, que es la que se puede usar para la quimioterapia. Ivi me conecta el suero, el reliveran más potente y creo que el benadryl, no sé muy bien, eran tres bolsas. Al rato vino a poner la famosa bolsa “danger” chiquita, después toca otra un poquito más grande, pero seguramente esté re dormida para ese entonces. Me deja 1 gr de paracetamol para tomar y me pide el agua, siempre tan atenta a todo. Finalmente llegó mi amada y deseada siesta, pero antes trajeron la merienda y llamaron de nutrición para definir comida de la noche. Ahora sí, creo que no falta nadie más, porque de limpieza no van a pasar si recién ingreso.

En algún momento vuelve mamá que se había ido a llevar el auto a su casa, yo seguía dormidísima. El robot empieza a sonar, se levanta a apagarlo. Al rato mi alarma, la había puesto porque sino a la noche no duermo, la apaga también, vuelve a sonar el robot, una, dos, tres veces… Yo lo tenía al lado y ya estaba despierta pero no podía ni abrir un ojo, menos mover un dedo de mi cuerpo, estaba agotada y descansada a la vez, como si viniera de una sedación. Después de un rato junto fuerzas, viene Ivi a apagar el robot, no me acuerdo si era cambio de bolsa o que había burbuja de aire. Decido levantarme de la cama y paso a la silla a escribir mi cuaderno de “Guests and Friends” que lo tenía muy abandonado, desde el 29 de mayo que no escribía nada. Me traje la impresora para ir pegando las fotos también. Cuando estoy tomando la merienda pasa Gonzalo y me dice que vuelve más tarde, así meriendo tranquila, amoroso (en mi cabeza no estaba muy segura si era conveniente, las veces que dicen que pasan después, a veces ya no vuelven). Llega Flo, que se había ido a trabajar a lo de mamá para estar más cerca, como es semana corta estuvo de reunión en reunión, estaba agotada. Después pasa Tere a saludar y de paso pedirle a mamá que le agregue unos puntos a su tejido.

Llega Gonzalo y las echamos a todas, se viene la famosa revisión completa: pies, piernas, panza, espalda, boca, creo que no me olvido de nada. Todo está muy bien, le pregunto si es normal que después de salir de acá los primeros dos o tres días me duela la mandíbula y todo el cuerpo. Parece que no es común, no sabe muy bien por qué será, pero cree que puede ser la falta de corticoides. Mientras estoy internada la dosis es bastante alta y de repente no recibo nada. Me recomienda probar con paracetamol y si el dolor persiste tomar tramadol.

Vuelven las tres con un regalo de las “amigas de Coquin”, otro apodo más para Jose, muy amorosas me mandaron el juego “Lucky numbers” y un pañuelo divino que se lo di a mamá para que lo lave ¡así lo puedo usar! Mamá y Tere se van, quedamos con Flo que me contó un poco de su día, pero se iba a comer con dos primas y una de ellas, Martu, la pasaba a buscar, así que se fue, Andy ya estaba en camino. Llega Andy, las comidas de los dos ya estaban hace un rato en la mesa. Comemos juntos y charlamos del día de cada uno, hoy estuve medio desconectada porque la siesta me noqueó, no daba más. Hoy los dos comimos carne con puré, de postre yo tenía duraznos en almíbar, pero uno no tenía el color típico, según Andy que es lo más quisquilloso con los vencimientos y pinta de la comida, no pasaba nada. Yo decido comer el normal y le dejo el otro para él, cuando se lo ofrezco me dice que ¡ni loco lo come! Qué vivo si lo como yo está perfecto pero él no lo toca ni con un palo, quién hubiera dicho que Andy era así. Decidimos que necesitamos chocolate, nos quedamos con un poco de hambre. Baja a la cafetería pero lo único que tienen es un brownie celíaco, obvio que lo compró. Nos lo venden diciendo que tiene dulce de leche, pero cuando llegó el dulce de leche no estaba, estafa. Aprovecho para subir todo al blog pero antes lo lee Andy, por las dudas, hoy no pude coordinar con mi editor, no coincidimos con horarios.

Hoy a la noche está Magalí, me hace los controles y me pregunta si tomo alguna medicación porque no tenía nada indicado, así se lo pide al clínico de la noche. Le digo del clona pero que estas últimas noches no lo estuve tomando, coincidimos en pedirlo y después ver si lo tomo o no.

Mientras comemos el brownie, jugamos al nuevo juego. Es genial, Andy me recontra ganó y aun así me encantó. Lo super recomiendo, las partidas son cortas pero hay que ir pensando mucho  las estrategias, no solo las tuyas si no también las del otro. Nos gustó tanto que jugamos 6 veces, me ganó 5-1, desubicado total. Salimos a hacer la famosa caminata nocturna por el pasillo, dimos varias vueltas y volvimos. Ya estaba cansada, rezamos juntos y a dormir, esta vez parece que le tocó un buen colchón, mañana nos contará.

¡Segundo poster de mis amigas, qué linda compañía!