52. DÍA DE PREFERIDOS

Lunes 16 de junio

¡Segunda noche sin medicamentos para dormir! Esta fue un poco más accidentada, me desperté varias veces pero me volví a dormir. Finalmente con la alarma de Andy me levanté al baño pero obvio que volví a la cama calentita, hoy prendieron la calefacción. Alrededor de las 9 vino Andy a chequear si estaba despierta, y yo decidí que ya era hora de despertarme, me quedé chateando y buscando cosas por internet hasta que me levanté para desayunar juntos. De camino a la cocina puse una tanda de ropa para lavar y me preparé las tostadas, le hubiera sumado choco crispies pero me quedan solo dos cajitas chiquitas, las voy a guardar para cuando realmente esté antojada. Hoy el sol entraba casi hasta el sillón, toda la mesa iluminada, entraba mucho calor por la ventana, tanto que terminé cerrando un poco la cortina.

Andy se iba a ir a correr pero a último minuto me preguntó si quería salir a caminar y me pareció una buena idea. Antes ordenamos cuarto, living y cocina, porque al mediodía tenemos visitas y ya queríamos dejar todo listo. Nos bañamos y salimos a caminar, hoy el ecoparque está cerrado entonces nos fuimos para el Distrito Arcos que es todo al aire libre. Gordis como soy, ya desde que definimos destino que venía pensando en la cookie que me iba a comprar y obvio que fue lo primero que hicimos pero solo la probé, me la iba a guardar para la tarde. Pasamos por un puestito que era librería “boutique” y compramos stickers y estrellitas luminosas para los hijos de las visitas, espero que no me odien por hacerlos trabajar pegando todo en el techo. A la vuelta compramos los famosos pancitos. Como todavía no llegaban aproveché para limpiar algunos detalles de las puertas que estaban sucias y ¡de repente vi el portero eléctrico naranja que ya era más marrón que naranja! Con algodón y alcohol me puse a limpiarlo, no saben la mugre que salió, placer visual verlo limpio y nuevamente naranja fluor. Venía así desde que hicieron el edificio y nos pareció canchero, así que lo dejamos tal cual. A la mañana Belu P (que me visitó ayer), tuvo que ir a trabajar y me mandó video mostrándome la producción de mis amados fideos tricolor. La mandaron a ella, día feriado, porque es la que mejor conoce la máquina y habla inglés (quien venía a arreglarla es extranjero). El inglés te abre muchas puertas pero también te puede sacar feriados…

Llegan los chicos, Joaco y Belu, que había estado cocinando toda la mañana con ayuda de su Male. Está estudiando el primer año de la carrera de chef, siempre cocinó bárbaro pero ahora además se está perfeccionando, capa total. El menú de hoy es: fideos caseros, hechos a mano con ingredientes frescos, acompañados en una rica salsa de tomate, cocinada a fuego lento con tomates maduros. Después de cocinarlos, los pasó al wok donde estaba la salsa y les dio el último toque de cocción, combinando los sabores a la perfección. Por supuesto, no faltó el queso rallado. Estaban increíbles, muy livianos,

Andy se comió dos abundantes platos. El postre estuvo a nuestro cargo, para variar un poco les ofrecimos: bombón escocés y exquisito rogel. Charlamos un montón de todo un poco, hace mucho no los veía. Después de lavar todo, a pesar de nuestras quejas con Andy, Belu le cortó el pelo a Andy y ya que estábamos, me hizo unos retoques con la maquinita a mí. Mi pelo anda medio indeciso, cuando estaba se quería caer y ahora, quiere crecer de formas muy disparejas. Barrimos todo, Belu sugirió la aspiradora, y a mí no hay nada que me guste más que aspirar (en cuanto a limpieza obvio). Por supuesto que una vez que empecé no voy a parar hasta haber aspirado el último pelo, terminé en cuatro patas aspirando todo el baño y parte del pasillo, pero quedó todo reluciente. Belu no solo nos alimentó, lavó y cortó el pelo, sino que además se puso a disposición para lo que necesitemos en estos días de internación, nos quedó pendiente el burako.

Llegan mamá y Flori, me trajeron las pantuflas que me había regalado Manu en un talle más grande, ¡ahora sí no me las saco más! Estas van a ser las de casa y las de Cande las del sanatonio. Además, ya que había ido al shopping, mamá me trajo una camisa rosa divina, más de verano pero para mí se puede usar ahora también, y un pantalón que parece muy cómodo pero talle XXS. Que obviamente no me entró, así que pobre madre va a tener que volver a cambiarlo para que mis caderas entren ahí. En mi defensa, era obvio que yo no era XXS, no lo soy desde que tenía 5 años más o menos. Llegaron con la idea de salir a caminar pero, en un descuido, Flori se sentó en el sillón y la perdimos para siempre, estaba “encallada” como dice ella. Nos sentamos cono ella, charlamos, terminé de escribir el capítulo de ayer y comimos la merienda. ¡Finalmente me reencontré con la riquísima cookie, llenísima de “monedas” de chocolate! Como Flori se iba a su clase, aproveché y le dije a mamá que ya me quedaba sola. Hoy es el último día pre internación y quiero disfrutar un poco más de mi casa sola.

Andy estaba indeciso si correr o dormir la siesta, pero seguía con los pelos del corte. Vieron que si te cortas el pelo, siendo varón, está la necesidad de bañarte para sacarte los mini pelos, yo lo descubrí hace poco en el sanatorio. Entonces decidió darse un baño para que no le piquen los pelos y salir a correr. La salida costó bastante, pasó del baño a la silla del comedor y recién después de un rato juntó fuerzas para salir. A los diez minutos, o menos, escuchamos la llave de casa, qué raro. Entra Andy diciendo que se arrepintió, llegando a La Rural se acordó que hoy se había despertado re temprano y que una siesta tenía mucho más sentido, es un capo – entendió lo que es disfrutar la vida. Me encantaría dormir una siesta con él pero ya es tarde para mí, si me duermo ahora a la noche no me duerme nadie.

Aprovechando que estaba sola terminé de escribir el capítulo de ayer y empecé con el de hoy. Se lo mandé a papá para poder corregirlo juntos a la distancia, como no me respondía lo llamé y lo corregimos vía telefónica. Por suerte, porque esta vez había bastante para corregir, no estuvimos de acuerdo en todo pero viene bien otra mirada. Después videollamamos con Cami, mi amiga de la facu propietaria, que no hablábamos hace mucho, casi hora y media de charla, tranquis. Creo que ya estamos bastante al día, está a full con el trabajo, no sé cómo hace con tantos pacientes y evaluaciones, es muy crack. Su mamá se está atendiendo con Pachu y está feliz, ¡yo también!

Acepté que tenía que empezar a pensar qué llevar a esta internación, de la cual no quiero saber nada, ¡finalmente me siento bien! Pero es increíble pensar que con esta tanda estaríamos en la mitad del tratamiento de quimioterapia, una locura. Empecé a elegir qué llevar, cargué el Kindle, la computadora y la impresora, así mañana no tengo que estar pensando en la batería de nada. Después comimos con Andy, fideos caseros gratinados al horno con lomito a la plancha acompañado del pan del cielo. De postre ya no había rogel, volvió el chocolate a mí. Durante la comida empezamos una película que era tan mala que la abandonamos. Eso me dio el pie para que Andy viera “Orgullo y prejuicio” , mi película preferida. Nunca logró verla, siempre se quedaba dormido o desinteresado, es un poco larga y quizás le falte velocidad pero para mí es bárbara. No sé si él lo admitirá después pero le re gustó, estuvo tenso por momentos y aliviado después. La película fue aún más larga porque tuvimos que frenar doscientas veces a explicarle a Andy lo que estaba pasando, hablan en un inglés antiguo muy veloz y se ve que es difícil. Cuando terminó se quedó con ganas de ver el casamiento, a todos nos pasa… pero le mostré el final alternativo que hay online y su respuesta, indignado, fue: “¿por qué lo sacaron de ahí?” (señalando la tele, ósea, la película). Todos pensamos igual, al final le faltó algo más pero sigue siendo mi preferida. Ya era tardísimo, rezamos y a dormir.