47. DÍA DE REENCUENTROS

Miércoles 12 de junio

Me desperté más o menos a las 3 de la mañana con un inicio de dolor de espalda, no lo dudé, me levanté y fui a buscar el tramadol. Se ve que me dormí rápido porque lo siguiente que recuerdo es despertarme a las 9 de la mañana en mi nube. Hoy realmente estábamos adentro de una nube, cuando miré por la ventana no se veía ninguno de mis edificios vecinos, había una neblina tremenda. Excusa perfecta para quedarse en la cama haciendo nada, qué lindo. Finalmente me levanté, hoy vienen papá y Cris de visita. Ordené un poco-bastante el living, Andy se ocupó de la cocina, hice la cama y me senté a desayunar. Hoy mirando a la nada, porque estaba todo blanco.

¡Llegan los invitados! Cumplen con todos los requisitos de entrada y nos damos el mejor abrazo con Crischu, felices de vernos por fin. Me había traído unas flores que papá confiscó porque en el sanatorio no permiten el ingreso con flores… Se las va a poner a su Virgen, así que al final van a tener un buen lugar. Nos sentamos a charlar un rato pero yo ya tenía varios juegos preparados para divertirnos. Empezamos con uno que se llama “4 pistas una palabra”, hay que encontrar la relación entre dos imágenes y sino, hay 3 pistas más, siempre te indica cantidad de letras y te pone 12 letras que podrían formar la palabra. Ganó Cris, veníamos muy peleados pero salió campeona. Después jugamos a uno inventado por mí para trabajar memoria visual, había que mirar un dibujo pintado, darlo vuelta y pintarlo exactamente igual, ese a Cris le encantó. Por último jugamos al “cajón de la abuela”, es una imagen de un cajón con muchos objetos adentro, hay que observar la imagen por un minuto y después anotar todos los que recuerdes. En este gané yo y papá segundo por un punto. Antes de que se vayan le imprimí una foto de los cuatro y prometimos volver a vernos pronto.

Hoy iba a participar de la reunión de supervisión de Discar, qué felicidad volver a verlos a todos y además enterarme de cómo viene todo. Están super organizados, hablamos de algunos apoyos que se fueron implementando para cada alumno y pensamos otros necesarios. Organizamos algunas fechas y me quedó una tarea por delante, ¡qué bueno! Se agradece tener alguna responsabilidad mientras me siento bien. En el medio de la reunión Andy me trajo el almuerzo: milanesas con puré, porque hoy los tiempos corren.

Terminamos la reunión y nos subimos a un taxi para ir al Mater. Hoy toca la vacuna luprón (la que hace que los ovarios no trabajen por un mes). Estaba llenísimo de gente, lo mío era super rápido pero hay que pasar por recepción, después te ingresan como internación ambulatoria, te dan los mil papeles y recién ahí podés subir. Me encantó volver a ver a los enfermeros de la tarde. Hoy me tocó conocer por dentro el “centro de día”, se compone por dos sillones y dos camas. Me siento en un sillón porque iba a estar unos minutos nomás. Al lado había una señora muy simpática, nos pusimos a charlar a full, si mal no recuerdo se llama María Angélica. Hace ocho años que se atiende con Laura, ya tuvo un trasplante de médula, ahora estaba en el ciclo 6 y si lograba que le aprueben todos los papeles se haría el segundo trasplante, lo que le evitaría tener que hacer otra quimio. Vamos a rezar para que todo salga bien. Me contó que trabaja como correctora de libros de artistas, está leyendo en el Kindle (se ve que es parte de las internaciones, estamos las dos igual) un libro de 2.500 páginas de historia China. Me contó que se había hecho una peluca pero nada que ver con ella y que ahora estaba pensando en una de pelo corto azul, un personaje. Pero me quedé pensando que quizás la gracia de la peluca es que sea algo diferente… Finalmente entra Bruno a decirme que ya viene Ivana a colocarme la vacuna, ¡¿está Ivi?! ¡!La mejor noticia!! Quizás no lo recuerdan pero Ivi trabaja a la mañana, la vida quiso que esté ese día a la tarde para ponerme ella la vacuna. La verdad que todo sale bárbaro en esta vida, nos metimos en una habitación para tener un poquito de privacidad, esta vacuna va en la cola… Un pinchazo y ya estaba libre, ¡qué lindo volver a verla y que sea ella la que me ponga la vacuna! Nos despedimos de todos, en planta baja vamos a la capilla, yo nunca había ido y después nos vamos.

Luz, la mamá de Diego, había pasado por casa a dejarnos una torta, muy amorosa, como no estábamos acordaron dejarla en lo de Rosita. Aprovechando que me sentía bien decidimos volver caminando a casa, de pasada buscábamos la torta por lo de Rosita. Caminamos unas cuadras los tres juntos, hoy no hacía nada de frío. Apenas llegamos a casa, abro la cartita y la torta, obvio. Un mega rogel, increíblemente rico, pero no sé cómo vamos a hacer para comerlo, ¡visitas vengan! Muchas gracias Luz y Diego, está riquísimo.

Hoy vino Flo a trabajar desde casa. Yo aproveché para sumar algunas cosas al libro de Male, empezar a escribir el capítulo y espiar el remate de “usá usado” de este fin de semana. Llega mamá, nos limpia toda la cocina y cuelga la ropa que estaba desde anoche en el lavarropas, tan capa ella siempre. Cuando Flo termina de trabajar y se comen sus scones, nos pasamos al sillón a charlar un rato más, estaba agotada, no dormir siesta me estaba pasando factura. Flo se va cargadísima con de todo para su casa y yo me voy a tirar a la cama a que mamá me malcríe todavía un poco más. Me hizo masajes con la crema que me regaló Cami y el masajeador barbarísimo que nos prestó mamá. Cómo me gustan los masajes en los pies, es tan relajante. De ahí me fui a preparar un baño de inmersión y leer un poco de mi novela nueva, trata sobre la historia de Cuba pero centrada en un romance, me está gustando mucho.

Hoy Andy cocinó un delicioso arroz especiado, cuidadosamente cocido con una mezcla de especias exóticas que realzan su sabor. Acompañado de tiernas zanahorias y jugosos trozos de pollo salteado a la perfección. De postre, obvio, más rogel. Terminé de escribir el capítulo, esta vez sin editor, sumé las fotos y lo publiqué, tarde pero seguro. Dejé anotadas las ideas de lo del día hoy porque me di cuenta que si escribís a la noche, la memoria puede fallar y hay cosas que me confundo. Le pedí a Andy que me cortara la pastilla de clona a la mitad, no sé cómo hace pero yo no puedo, es muy chiquita. Después, me hizo una especie de escena de celos de que hace mucho no aparece en el blog (me prohíbe todas sus fotos) así que mientras hacíamos fiaca en el sillón nos sacamos una foto. Yo seguí leyendo mientras él estaba con el teléfono hasta que se quedó semi dormido y decidimos que era hora de ir a dormir. Rezamos juntos primero y después hicimos los controles, hablo en plural porque él también se controla, es lo más.