36. 2º CICLO – DÍA 4

Sábado 1 de junio

A las 6, creo, entran a hacer el cambio de la medicación anti-náuseas, o “plancito” como lo llaman acá. Muy amorosamente prenden solamente la luz baja, a los 5 minutos entran a sacarme sangre pero se ve que para esta tarea hay que prender la luz de arriba, esa que te invade y te encandila como si fueran las 14 hs de un día de sol de enero.

Por suerte, y seguramente gracias a las medicaciones, me vuelvo a dormir. A las 9 hs entra Cristina, mi enfermera del fin de semana a cambiar la última bolsa de quimio de este ciclo, venimos adelantando mucho, esto de ponerlo en 32 ml/h acelera mucho las cosas, pero son buenas noticias, la última vez terminó super tarde. Le consulto si ella podría ayudarnos con la rapada de pelo, como nos había adelantado Laura ayer pero nos dice que no, que ellas no tienen conocimiento de peluquería, una pena. Yo quería más que nada hacerlo acá por cualquier situación que pudiera surgir, que espero no suceda, pero bueno.

Hoy no estoy en mi 100%, dormí bien pero estoy con dolor de panza y malestar, es común con todas las medicaciones y con la quimio. Finalmente me levanto a desayunar, porque no me queda otra, por culpa de las 8 pastillas que me están esperando desde las 8 de la mañana en la mesa. Se suma una jeringa del horror que debería mejorar mi malestar, pero que es un jarabe híper dulce que a la mañana me dio bastante náuseas pero no pasó de ahí, por suerte.

Viene Joana, la clínica del fin de semana, me revisa piernas, panza, me ausculta y me dice que me ve muy bien. Que después pasa Romi, la hematóloga para ver lo del alta y el laboratorio que todavía no está. Romi pasa cuando estoy en el baño, así que me la pierdo…

Ya llegado el mediodía me quiero bañar pero no aparece nadie… cuando viene Cristina me dice que me tapa la vía pero que espere a Romi que ya viene. Nos quedamos esperando un rato, hasta que finalmente decido entrar a bañarme, esta vez con pelo, total.. ya se va a ir. Obvio que terminando de bañarme entra Romi, nos dice que el laboratorio está perfecto y que la busquemos después por enfermería. Andy la busca, le preguntamos por el alta pero medio que estamos a la espera de cuándo termine y cómo me sienta, no queda otra que esperar a mañana.

El almuerzo esperaba hace bastante en mi mesa, Andy se fue a comprar una ensalada de atún, que parece que es muy rica. Almorzamos juntos y nos vamos de caminata, les recuerdo que Andy no pensaba volver a casa a menos que vaya con el cazador, osea, papá.

Se encontraron en casa, revisaron todo, dieron vuelta almohadones, camas, roperos, juegos, absolutamente todo, pero por suerte no apareció ninguno. Papá estaba agotado, había estado toda la mañana con Male, se tiró a dormir en el cuarto de los murciélagos, por si aparecía alguno, como si fuera a escucharlo entre sus ronquidos.

Mientras en el "sanatonio" yo aprovecho para terminar de escribir, subir las fotos y publicar el día de ayer.  Me quedo leyendo un rato en la cama, muy tranqui. Vienen de limpieza. Después de nutrición, le cuento que no comí mucho, le pregunto cuál es la merienda y me dice que a veces hay pasta frola (me encanta) y le pregunto si puedo pedir un tostado en caso que no haya. Al rato vienen con la merienda, dos paquetes de galletitas sandwich y mermelada… pero me dice que en un rato, cuando esté ¡me suben el tostado! Al rato se aparecen con un tostado recién hecho y la porción de pasta frola más grande de mi vida, ¡esto sí que es una merienda a lo Lulo! Obvio que empecé por el tostado, y hasta ahí llegué.. pero la pasta frola se quedó conmigo para después o mañana.

Hoy venía Solcha de visita pero cuando llegó se sugestionó y no se animó a subir para no contagiarme de nada, pobre, ya estaba acá pero genia que me cuida. Le escribo a mamá por si estaba aburrida y quería venir. ¡¡Se aparece con más regalos!! El primero de mis primas mellis que tanto quiero, me regalaron una bata divina o "robe de chambre" para ser mas fashion, de un algodón de ensueño, ¡espectacular! Pero la cartita fue lo más lo más lindo, me emocioné, son unas divinas. Además, mi tía abuela Isabel me mandaba colaciones de Córdoba que tienen una pinta TREMENDA. Y Mercedes, amiga de mamá con quien viajamos hace 10 años, me mandaba una trufas de Rapanui con mucha pinta también. De verdad, no necesito nada más, ¡son todos muy amorosos!

Nos ponemos a charlar con mamá mientras ella teje el sweater de Aline, de un color divino y obvio la mejor combinación de puntos, es muy capa mi mamá. No llega a terminarlo para mañana que se va Aline, pero por lo menos llegan a probar si está bien de tamaño. Llama papá, que mañana no lo veo, charlamos un rato los tres y después mamá se va. Nos quedamos jugando al carrera de mente que me regalo Crischu. Esta vez me mató, pero en mi defensa, mis preguntas era muucho más difíciles que las de él.

Llega Andy y hacemos una ronda más porque él también quería jugar y comemos. Me tomo las 8 pastillas, pero la compota de ciruela era demasiado… no pude. Nos quedamos escuchando música tranqui y jugando al Rummy con Andy, préstamo de mamá, él nuestro quedó en La Balsa.

Hoy volvió Lean, qué lindo volver a verla, se había tomado una semana de descanso y estudio, está estudiando para instrumentadora quirúrgica, ¡genia! Me comentó algo de su hijo y charlamos un ratito. Parece que hoy hubo una disputa por quién era mi enfermera y Lean se impuso, ¡son todas lo más!

Aprovechamos para caminar un rato por los pasillos, última noche de este ciclo, me tengo fe que mañana nos vamos a casa. Volvemos, rezamos juntos y nos vamos a dormir. La última bolsa de quimio termina a la madrugada, veremos cómo nos va y cuánto chillan los robots, espero que no mucho, por suerte tenemos enfermeras de lujo.

PD: el peluquín no da para más, necesito raparme ya.