22. LA TORRE ROBADA

Sábado 18 de mayo

No, fue una mala idea no tomar el clona. A las 3:30 aproximadamente me despierto y a las 4 el robot empieza a gritar como loco, no era su sonido habitual, “burbuja de aire”. Llamo a Nancy. Me cambia la bolsa del suero y se va, creo, no sé si hablamos algo. Ya que estaba voy al baño, sí, que te pasen suero 24 hs hace que produzca más pipí de lo necesario. 

Trato de volver a dormirme, pero no hay caso, son 4:40 y estoy desveladísima. Justo me habla o le hablo a Belu, que está de viaje por las europas, y después se suma Jo, pero con la autoconsigna de que a las 5 dejo el teléfono, esto no puede seguir así, necesito dormir. Antes de dormirme Belu me tira dos tips que leyó por ahí: 

“No los probé todavía pero podés probar, una es ir pensando palabras random que no se relacionen nada con nada, ponele casa, sandwich, perro, reloj… etc, se supone que te distrae y te podes dormir jaja. La otra era pensar una letra y contar las pulsaciones y a cada 8 decir una palabra con esa letra”.

Empecé con la primera, pero qué difícil, al final me imaginaba el mapa del mundo y decía una palabra por país, pero eso no me estaba haciendo dormir, me estaba haciendo pensar más. Vamos con la segunda, elegí la letra P, en vez de pulsaciones tenía en cuenta respiraciones porque ni idea cómo contar pulsaciones. ¡EUREKA! Al tiempo dejé de pensar las palabras con P pero seguí contando las 8 respiraciones, obvio que de repente iba 10 o 19, marigorda concentrate. Pero.. de pronto eran las 8:30 y se ve que me había dormido. Alto belutip para el que le esté costando dormir.

Bueno, a esta altura, estaba contenta que me dormí pero, si contamos las horas, en total había dormido 5:30 con toda la furia. Y las mañanas sin dormir son duras, además de que ya venía mal de la panza…

Llamo a Caro, ya no me aguantaba más el dolor de espalda, le pido un paracetamol y de paso me hace los controles de la mañana, todo bien. Me levanto de la cama, Andy seguía durmiendo, y empiezo a armar mi rincón con la linda vista descubierta esta semana. No tenía hambre así que decido empezar a escribir.

Ayer Jose había tenido un día muy a full, se fue a Madrid con su socio y un nuevo cliente a quien le va a diseñar un restaurant. Así que aprovecho y la llamo para que me cuente cómo fue todo. Me dice que salió todo super bien y que además justo coincidió con una gran amiga de ella que estaba también por el día en Madrid. Así que se encontraron y apenas se vieron se dieron el mejor abrazo del mundo y Jo se largó a llorar (obvio que yo lloraba mientras me comía la tostada también). No se había dado cuenta lo mucho que necesitaba un abrazo de alguien tan querido en este momento, aproveché y la reté. Ella tiene la suerte de tener un montón de amigas queridísimas bastante cerca, así que la obligué a que sacara un pasaje e ir a visitar al menos una! Después charlamos de un par de cosas más, ya les dije, con Jo siempre nos divertimos. 

Llamo a papá para hacer la edición del día, lo leemos juntos y corregimos un par de cositas, justo entra Federico, el clínico que está el fin de semana, y lo dejo a papá en altavoz para que escuche. Viene con buenas noticias, por suerte sigo sin fiebre, tenemos que esperar a que venga la infectóloga para ver si hay novedades de la bacteria, pero seguimos con el antibiótico de “amplio espectro” que viene funcionando muy bien y si sabemos cuál es, se ajustará a esa bacteria en particular. Queda por saber también cómo cuentan los días de antibiótico teniendo en cuenta que ayer me perdí dos dosis. 

En el medio llegan mil videos de Male, qué divina que es y qué fácil puede arreglar una mañana con su sonrisa y felicidad.

Entra la nutricionista y pensamos las comidas. Seguido entra Romi, hematóloga del equipo de Laura y Gonzalo, me ve bien. Me dice que ahora van a venir a sacarme sangre, que por alguna razón no estaba pedido.

Finalmente, llega alguien de la familia Torello, para los que no sabían estuvieron y están todos enfermos o con mocos, así que prohibido venir a verme. ¡Qué lindo volver a verlo en vivo! Al ratito entra Romi, la infectóloga con novedades, pero a medias, a no ilusionarse. Acá viene mi explicación de psicopedagoga, no me juzguen los que saben más: parece que la bacteria es de la familia de los “bacilos” y que estos tiene dos grupos, como son un poco vagos en crecer aún no sabemos de cuál tipo son. Las opciones son: si es del grupo de los “ambientales” no necesita antibiótico y quizás mañana me voy a casa, pero si es del otro grupo tienen que determinar exactamente cuál es y ver cómo sería el esquema de antibióticos a seguir, no me sabe decir hasta cuando me quedaría y me parece prudente que así sea. Me dijo que mañana más o menos por el mediodía debería ya poder tener más novedades. Así que, Maria, a esperar 24 hs más, que esta vez parecen alentadoras.

Almorzamos con Ralis y charlamos mucho, Lili, su novia, había llegado de un viaje de trabajo a la mañana así que estaba contento de que haya vuelto y de que además la haya pasado bárbaro, ¡la loca salió a correr dos horas y media! Es mega deportista y ama correr y le pareció una excelente idea ir de un airbnb al otro corriendo, sólo a ella se le ocurre. 

Finalmente, lo echo, estaba agotada y quería dormir la siesta, me pone la mantita estirada arriba, se asegura que tenga todo y se va. Obvio que a los 10 minutos entran a limpiar el cuarto, pero esta vez de una forma bastante más delicada, no me puedo quejar, al ratito me dormí. Pero, a la hora de estar completamente dormida, llega la merienda. Generalmente entran y la dejan sobre la mesa y se van silenciosamente pero hoy se ve que no era un buen día para la señora. Toca la puerta y empieza, a los gritos: PERMISO, PERMISO, VOY A PASAR, (a todo esto yo estaba toda tapada de espaldas a ella, hasta ese momento, durmiendo feliz) y remata el grito con: TE TRAJE LA MERIENDAAAAAAAAAAAAA. Señora, ¿es necesario gritarlo? A usted le parece que yo voy a suspender mi siesta porque usted me haya traído la merienda. Por supuesto que me desperté y no muy feliz. Decido mirar qué me trajo porque, a ver, si era un rogel o un tostado recién hecho, señora le perdono todo. Pero se imaginarán que no era ninguna de esas. Me trajo un paquete de 4 galletitas “sandwich” con dulce de manzana. Listo, la tomada de pelo más grande del mundo.

Llega Cande, uno no se da cuenta de que la necesita hasta que está acá, yo me creía re autosuficiente pero ¡qué bueno que vino! El dolor de espalda sigue a pleno, así que llamo a la enfermera y le pido otro paracetamol y además le consulto si ya sabemos la cantidad de glóbulos blancos para ver si hoy me aplican la inyección o no. Me trae el paracetamol y va a averiguar si hay novedades. Me llama Federico por teléfono para contarme que hoy sí me la aplican y yo, siempre curiosa, le pregunto en cuánto están los glóbulos: 2448, ¿qué?

Desde que ingresé el martes la variación fue la siguiente: 63.000 - 17.000 - 6.000 - 9.000 - 2.448. Era verdad que se volvían un poquito locos y que de repente podían llegar tan bajo, ¡waw!

Tengo hambre, así que, mermelada de manzana que no me tienta en lo más mínimo, vamos a probarte. No está nada mal, me como las 4 galletitas y seguía con hambre pero ya no tenía más dulce, sí más paquetes de sandwich pero, con dulce están bien, solas son un espanto, en un rato llegará la cena y listo.

Entra Caro con las benditas inyecciones, empezamos con filgrastim en la panza y descubrimos que tengo un moretón con forma de corazón en mi panza (de la primera vez que me aplicaron la inyección de anticoagulación, hace ya 17 días más o menos, desde ese moretón la anticoagulación va a la pierna, en donde tengo una linda colección de nuevos lunares). Le sigue la de la anticoagulación en la pierna, ya saben que la odio porque a veces arde después pero bueno, ya estoy bastante acostumbrada. Este fue el tercer pinchazo del día por si estaban contándolos.

Llega la comida pero no Andy, HAMBRE SEÑORES, finalmente llega. Cande se despide que se va a comer un asado con su papá y helado de postre, qué envidia. Igual, no me puedo quejar, hoy me mandaron peceto con puré de batatas, escondido por ahí me metieron la famosa proteína que cuando se terminó la que me daban dejaron de dármela y hoy se ve que se acordaron. Ni me di cuenta, estaba todo riquísimo y de postre gelatina, que me había olvidado que me gustaba, me lo devoré y de paso un pancito que le dieron a Andy, estaba apetitosa hoy.

Salimos a dar las vueltas de la noche por el pasillo y vemos una torre ahí, solita y derechita, qué ganas de robarla. La torre del 407 está defectuosa, está inclinada para adelante pero bueno es la que me tocó, durante la semana de quimio me la cambiaron porque tenía que sostener más de un robot pero, esta vez me tocó quedármela. Tranquis, no la robamos, aún.

Seguimos con la serie y en el medio suena el robot “burbuja de aire”, yo sabía que se estaba por terminar pero pensé que Lean llegaría antes a cambiarla. Hoy faltó su compañera así que pobre no daba abasto con los pacientes, pero eso yo no lo sabía. Llamamos pero nadie venía, era la tercera alarma que nos mandaba el robot, así que Andy se va al box de enfermería a avisar. Viene una nueva enfermera, de terapia intensiva, y me cambia el suero.

Seguimos viendo la serie y llega Lean, ¡qué lindo una cara conocida! Acá me mal acostumbraron a mis enfermeros, no me gustan los cambios. Me hace los controles, me trae mi clona y paracetamol y charlamos un rato. Me cuenta que empezó a dar clases a alumnos de 1º de enfermería, está feliz, se nota cuando alguien tiene vocación. Qué suerte tienen esos alumnos de tenerla de docente, es una genia y lo más importante es que enfatiza en la calidad humana que debemos brindar a los pacientes. 

Lean ve mi torre en el rincón, yo la dejé ahí en penitencia, no saben el ruido que hace todo el día, es para volverse locos. Gente de la tecnología, hagan robots silenciosos porfa, este ruido blanco no está bueno. Cuestión que la ve y me dice, “está medio torcida esta torre”, y yo, ni lenta ni perezosa, le digo que en el pasillo vimos una abandonada… Nos da permiso y Andy va a buscarla, hola torre nueva que no se cae, nos vamos a llevar bien.

Me tomo el clona, me trae el paracetamol pero no sin antes decirme que tengo 37.1, fiaca, no quiero tener fiebre justo ahora, ¡estamos tan cerquita de que sea un bacilo ambiental!