17. VUELVO A CASA

Lunes 13 de mayo

¡Hoy es el día! Si llega la medicación, me voy a casa. Entra Mariel, ¡muy feliz, con todas las pilas, ya empezamos bien! Me hace los controles, todo perfecto. Me siento a escribir como todas las mañanas y se los pasó a papá y Andy para que lo editen/revisen.

Desayunamos con Andy, ¡el último en el “sanatonio” por un tiempo! Me avisan que un señor dejó un rosario para mí, es el papá de Fati que se fue de retiro y me lo trajo, qué amoroso que pensara en mí, ¡muchas gracias!

Entra Cecilia para charlar un poco del alta, están todavía viendo lo de la medicación pero seguro no me vaya antes del almuerzo. Hoy me toca milanesa de pollo con puré de batata, gran despedida.

Viene la hermana Rafaela a presentarse, ella en verdad está en el piso de pediatría oncológica,  pero quien está en mi piso está de viaje por unos días, y quería saber cómo estaba, cómo había pasado los días acá ya que se hablaba de que seguramente hoy vuelva a casa, entre varias cosas más.

Llega “Mamá-mudanza”, Andy ya había empezado a guardar cosas, pero obvio que a su ritmo. En dos minutos estaba todo el cuarto ordenado, yo me ocupé de guardar todos los cartelitos y dibujos que tenía por todos lados, la noche anterior, habíamos mandado a Rosita con una mochila llena de todos los juegos, libros, cuadernos, marcadores, chocolates… todo lo que me fueron mandando ustedes.

¡AHORA SI! Estoy contenta pero nerviosa, primero me desconectan de la torre, qué loco caminar libre, y ahora… llega el momento de la famosa vía central, que la amé porque me dio mucha libertad pero qué nervios sacarla. No queda otra, mamá sale corriendo, no lo podía ver, Andy lo intenta, “soñas que te vas”. Lo obligo a sentarse al lado mío y darme la mano, obvio que mira para otro lado con terror, qué suerte que sea tan valiente, seguro no duele nada (irónico obvio). ¡Vamos! Mariel se hace la que cuenta 1, 2 y… “¿estás lista para el tirón?” pero yo ya sabía que la había sacado, genia total, no sentí nada. Pero me gusta hacer un poco de alboroto, en algún momento tengo que poder hacer un poquito de lío.

Ya libre de vía, robot y tegaderm de los puntos (es un apósito transparente e impermeable, por suerte no tengo muchos pelos, compadezco a los peludos) me toca bañarme. Pero.. viene con sorpresa, como estoy hace más de 10 días me toca el hisopado rectal. El nombre no es muy digno ni invitador pero no fue tan grave, gracias a dios no es como el hisopado nasal o el de la garganta.

En el ratito que tengo le escribo a la dentista de Flori si podía verme esta semana porque perdí mi placa de descanso (no sé si les conté pero terminó en algún tacho del Mater, y yo no puedo dormir sin ella) y me confirmó turno para la tarde, todo iba encaminado.

Llega el almuerzo, gran comida. Al ratito entran a ponerme la famosa medicación que tenía que llegar, aunque todavía no llegó para que me la entreguen, hoy me la aplican acá y mañana se comunican para avisarme por dónde debo retirar el resto. Es una inyección llamada “filgrastim”, que es sub cutánea, nos explican cómo aplicarla ya que en estos días va a ser nuestra tarea (supuestamente debería hacerlo yo, porque es re fácil, pero… teniendo tantos alrededor, ¿para qué sufrir?)

Llega el papel amarillo “PARTE DE EGRESO”, nos sacamos una foto de festejo y la despedida de mi habitación 407. Primera vez que camino por el pasillo, lo pasé mil veces pero en camilla o silla de ruedas, todos muy amorosos me despiden. Abajo nos espera papá con el auto, qué loco ver gente, edificios, semáforos, parece que pasó una vida. Nos acercamos al barrio, hola casita, baja Judith a abrirnos toda emocionada de verme.

Subimos por el ascensor de atrás (el de adelante a veces se traba y cuando llegamos estaba trabado, yo no me iba a arriesgar a quedarme encerrada). Entro a casa y estaba Rosita filmando, qué linda que sos casa, no sólo que está impecable si no que además la habían llenado de globos decorativos de mil colores, estaba lindísimo, obvio que me emocioné, nunca se me ocurrió que me esperarían así.

Descanso un ratito y nos vamos al dentista con papá, camino las 3 cuadras al auto, feliz de moverme. Llego a la dentista, una genia total, consultorio impecable, última tecnología, sin espera y una persona divina. Ya le había anticipado todo y me hace los moldes con muchísimo cuidado, mientras charlamos y me recomienda un par de cosas para cuidarme los dientes, teniendo en cuenta estos meses de quimio. El miércoles ya los puedo retirar, ¡lujazo! (si necesitan dentista la súper mega recomiendo, pocas experiencias como ésta).

Me deja papá en casa y subo, distraída con algo del teléfono, ni idea. Entro a casa muy tranquila pensando que Andy dormía y de repente escucho algo.. me estaba filmando y me dice que mire para atrás (por eso hay doble reacción en los videos, todo es original, la felicidad es total). Había llegado el cartel que Belu imprimió y Flori y Male intervinieron, ¡qué linda sorpresa!  Me parece que va a quedar por mucho tiempo ahí.

Creo que a esta altura ya me van conociendo, hoy era todo felicidad y yo estaba muy arriba. No podía descansar, ya iba a haber tiempo para dormir. Me siento a armar el cuaderno de “Guests and friends”, que hace rato quería empezar pero no tenía tiempo. Mientras, Andy me propuso varias comidas y yo, malcriadísima y tentada, le pedí que hiciera pizza casera. Antes, se aseguró de que tomara el té, me compró unos pancitos de queso y trajo jamón envasado (sólo puedo comerlo así), estamos aprendiendo todavía. Me deja la hojita con todas las indicaciones de cuidados alimenticios y leo: “jamón envasado ok. PERO.. debe estar en tostado o tartas”, ¡oh no! Ya me comí una feta, rápidamente me armé un tostado con lo que me quedaba.  La pizza estaba riquísima pero mega bomba, de postre mis querídisimas avellanas bañadas en chocolate de rapanui, me porté muy bien, solo comí 5, si las probaste sabés que es imposible parar.

A esta altura, y si soy sincera, hace un rato ya, no daba más pero terca como soy quería que Andy viera mi creación del cuaderno, ella estaba muy orgullosa (de chica me encantaba hacer mis agendas decoradas).

Finalmente, me voy al baño y de ahí el plan era ir directo a la cama.

¡N-O D-A-B-A M-A-S!

Andy se queda ordenando y limpiando con la tele prendida, qué pedazo de marido tengo, che.

En el baño no me siento muy bien, le grito a Andy pero no me escucha. Pienso: “ya está, estoy cansada, me lavo los dientes y mañana será un nuevo día.”

Agarro el cepillo de dientes y lo siguiente que recuerdo es estar en el piso del baño, abajo del lavatorio. No entendía nada pero el piso estaba frío y me hacía bien. Intento recordar qué pasó y dónde estoy, veo el inodoro, el bidet y mi pierna, estoy en el piso del baño. La respiración estaba medio entrecortada pero estaba consciente y escuchaba a Andy limpiando. Me doy cuenta que tengo el cepillo en la mano y voy recordando, empiezo a golpear con el cepillo el piso, el mueble, el inodoro, nada… junto fuerzas y grito AAAANNNNDDDYYYYYYYY, viene corriendo súper asustado, trata de levantarme pero le pido que me deje ahí un ratito, estoy bien.

Me ayuda a levantarme, me hace preguntas de ubicación y contexto, todo bien. Me ayuda a bañarme y me lleva a la cama. Pero el cuarto estaba HELADO, parecía Siberia. Prendemos el caloventor, me pongo medias, me dolía TODO el cuerpo. Finalmente, después de una hora (si, una hora, porque en mi cabeza están éstas ideas estúpidas como que si en una hora estoy bien me puedo ir a dormir tranquila que no hay ninguna conmoción) me quedo dormida.