131.DECISIÓN TOMADA

Miércoles 4 de septiembre

Me desperté con un horrible calambre en el gemelo izquierdo, de esos que te hacen gritar fuerte. Vino Andy a saludar y después de un rato de fiaca me levanté. Sigo con el libro de Male, todavía no logro descifrar qué hacer con esas cuatro carillas. Hoy Sonso me diseñó una hoja con unas imágenes que le mandé pero no me termina de convencer. Después de mucho debate y pensar, finalmente Andy se ilumina y me da la idea clave: usar las Males sueltas. Fue una mañana de muchas decisiones, qué difícil elegir.

Llega mamá y Andy se va a trabajar. Había ido al supermercado y le pedí que me compre una colita de cuadril para la noche. Cuando entra en casa, abre la puerta y empieza a sacar las cosas que trajo: “¡No te puedo creer que me olvidé la colita de cuadril! La dejé envuelta sobre la mesada de la cocina, voy a tener que volver!”. Todo a los gritos desesperados, yo por ahora manteniendo la calma, era una fiaca si tenía que volver pero todavía no había revisado las doscientas cosas que trae. Por supuesto, que pasado el minuto de estrés, apareció la bolsa de la colita de cuadril y todo se tranquilizó nuevamente, es tan graciosa.

Hoy estuve muy activa, cuando me siento bien aprovecho. Puse dos lavados y mamá se está ocupando de colgar el segundo, capa total.  Le muestro cómo quedaría el libro y nos llama Jo. Ya está subiendo al tren hacia Valencia, le tocó viajar en la fila de cuatro al medio pero dice que durmió bastante bien. Empiezo a elegir los colores para el porta anteojos de mamá que le iba a regalar para su cumple (mitad de julio).

De almuerzo tenemos el matambrito de ayer, al puré le sumamos un huevo y queso para que se gratine. Salió todo muy rico, mamá me hizo masajes mientras yo intentaba hablar con Movistar, ¡lo logré! El mail a la imprenta ya está enviado con las correcciones, ahora paciencia. Teniendo varios pendientes resueltos, llega el momento de la siesta. Dormí excelentemente y no podía salir de la nube, tuvo que venir mamá a rescatarme.

Se tenía que ir porque hoy iban del consorcio a ver algo a su departamento, al final casi no le di bola con la mega siesta que me dormí. Yo me pongo a cocinar: colita de cuadril con cebolla y zanahoria a la cacerola por mil horas. Dejo todo haciéndose y me como una buena taza de choco krispis, estoy al día con Survivor, embole. Encuentro una nueva serie española, solo para que me haga compañía mientras bordo, no parece muy interesante la verdad. De hecho, me molesta bastante cómo hablan algunos personajes, se la pasan gritando, no le veo mucho futuro.

Vuelve Andy a casa, muy emocionado de que hay rico olor y comida haciéndose. Se sienta a leer el libro amarillo de Jo en el sillón y yo sigo con mi bordado. Después baja a comprar pancitos del cielo a pedido mío. Pero el gordo se come dos con mayonesa antes de la comida, ya me acuerdo por qué no tenemos mayonesa en casa. Pone unas batatas en el horno, una vez listas, nos sentamos a comer charlando un poco de todo. Post comida me propone que yo escriba y él se va a jugar a su juego, pero hoy estoy vaga para escribir, me quedo en la silla perdiendo el tiempo hasta que decidimos que es tarde. Rezamos juntos y a dormir.