121. PICA MALE

Domingo 25 de agosto

Me desperté una sola vez en toda la noche, éxito total. A las 10 h me desperté por última vez y después de un rato de fiaca decidí que era hora de levantarme. De desayuno me preparé una riquísima quesadilla con queso “quesabores”, el queso acá es todo y este queda superior. No siendo suficiente me comí uno de los macarons que me trajo ayer Carlos, o quizás dos… Doblé la ropa seca y colgué la ropa que había puesto a lavar ayer, pero cuando la estaba sacando del lavarropas me golpeé la cabeza con el filo de uno de los estantes. Me dolió pero nada grave, cuando me vi en el espejo descubrí que me quedó una marca… Después, me senté a la mesa y le agregué algunas flores más a la bici que le hice a Jo mientras veía Survivor de fondo. El otro día Cami me escribió queriendo contarme algo que había pasado pero no se lo permití porque yo vengo muy atrasada, quiero ponerme al día porque me insinuó algo que me dejó con mucha intriga.

Me llega mensaje de Flo que ya estaban en lo de mamá, y nosotros ni nos habíamos bañado. Activamos rápidamente, compramos pancitos del cielo y llegamos bastante bien de tiempo.

Nos recibieron mamá y Male, está vestida tan divina, qué bien le quedan las medias largas, es una princesa. Hoy nos reencontramos con Fede que hace mucho no lo veíamos, estaba con el princeso arriba, es un gordo morfable. Male quería irse a jugar al cuarto pero yo quería charlar con todos, no sé cómo pero finalmente vino y nos deleitó con su obra de teatro. Es la que fue a ver hace casi un mes creo, se acuerda de casi todo, es tan graciosa. Obviamente jugamos a las escondidas, esta vez se sumó el salvaje (Andy), es gracioso lo nerviosa que se pone cuando se esconde. Hoy le enseñamos que tiene que salir del escondite y correr hasta donde contó el que busca y decir “pica Male”, vamos a tener que seguir practicando. Dejo seguidilla de fotos de Male yendo a retar a Jose que estaba tocando el cable, desconectado, del parlante.

Hoy no quiso almorzar, mamá nos deleitó con finas papas a la crema y un pescado sazonado y cocinado al horno. Un éxito, la receta la sacó de la señora de la pescadería, gran vendedora, mamá iba solo a comprar langostinos y terminó yéndose con los langostinos y el pescado. Obvio que antes hubo una buenísima picada y puso una mesa divina, como siempre. La única forma de que Male coma algo de la comida, fue acordando que si comía tres papas podía comer torta. Esas tres papas las tragó, creo que no mordió ninguna, fue genial. Flori estaba sirviendo la torta y Fede decide pasarle a Male su porción, que era bastante abundante. Flori le dice que no lo haga, es muy grande, pero Fede asegura que Male no se la va a comer toda, seguro algo deja. A los pocos minutos el plato de Male estaba totalmente vacío, no contaban con la habilidad de la gordis para comer postre. Después Flori pregunta si alguien quiere más, a lo que Male responde: “No, gracias”, es una capa. Obviamente que la pregunta no iba dirigida a ella, porque no le iban a dar más, pero preguntaron en voz alta y ella respondió, muy educadamente. Después nos fuimos a saltar a la cama y leer cuentos inventados por la tía Lulo, a veces repetíamos y a veces cambiábamos la historia. Bastante imaginativa la tía, siendo que el “libro” eran las instrucciones para construir unos duplos, no había mucho material del cual inventar. Después de jugar muchísimo y tener a Mateo encima un ratito, decidí que era hora de ir a casa a descansar. Male se puso triste que me iba y decía que quería ir a dormir con Lulo, pero todos sabemos que iba a hacer de todo menos dormir.

Con Andy somos los primeros en irnos, muy a mi pesar, pero tengo que descansar, ya no queda nada. Llegamos y me voy directo a dormir, esta vez sin Andy que decide ir a correr, ¡con el frío que hace! Está totalmente loco, es la tarde ideal para una siesta. Me desperté ya pasada la puesta de sol pero todavía con los colores anaranjados del cielo. Me quedé un BUEN rato haciendo fiaca, Andy volvió y no podía creer que siguiera en la cama, se preocupó que no me encontraba. Me preguntó cómo hacer la bondiola, esta vez la vamos a hacer a la cerveza, para probar una nueva receta. Le expliqué cómo la hice y de paso me levanté.

Me puse a escribir el capítulo y Andy obviamente me volvió a preguntar todo. Cuando voy a ver, había hecho lo que quiso. La bondiola estaba muy bien dorada pero la cebolla en vez de cortarla en cuartos, la cortó en miles. Hay una razón por la cual la corto grande, va a estar mil horas cocinándose, si la cortas más chica después se desaparece, y no la pongo más tarde porque quiero que le vaya dando sabor a la carne durante la cocción. Pero bueno, ya está, le agregó la cerveza, cebollas y un poco de agua. Otro error que cometimos fue que no bajó el fuego y estuvo cocinándose a fuego fuerte un buen rato. ¡En un momento casi se quema! Pero zafamos, todo está bien.

Me pongo a ordenar todo lo que quiero llevar a esta última internación. Entre todas las cosas, está lo que más me motiva a ir: los regalos para los enfermeros. Los acomodé por turno (mañana, tarde, noche, fin de semana), así es más fácil encontrarlos allá. Haciendo orden descubrí que no tenía cómo envolver el regalo de Romi, así que decidí bordarle una bolsa, siempre al límite. Revisé tener todos los regalos, espero no estar olvidándome de nadie, ¡prometo que me re esforcé! Llevo también algunos regalitos más chiquitos para quienes me reciben, personal de limpieza y de restaurant, entre otros. Quiero que ya llegue el momento de llevar todo, pero después volverme a mi casa sin torre. Último esfuerzo, ya no queda nada, increíble lo rápido que pasó y lo fácil que nos olvidamos de los malos momentos.

Nos sentamos a comer con Andy, bondiola a la cerveza en cocción de tres horas acompañada de un delicioso puré de batata. Estaba muy rico, pero creo que es un poco más amarga con la cerveza, me quedo con la opción caldito, igual quería probarla. Comimos viendo el último capítulo que salió de “El encargado”. De postre los bombones de Carlos y a bordar, que la tengo que terminar hoy sí o sí, con Survivor de fondo, Cami ya llego para que lo charlemos. Pasada la medianoche Andy me dice que se va a dormir, me quedaban sólo dos pétalos de la última flor, no podía abandonar ahora. Terminados los pétalos y siendo casi la una de la mañana me voy a bañar. Andy seguía despierto así que rezamos juntos y a dormir.

PD: La bicicleta merece una photo shoot, perdón pero estoy muy orgullosa de mí. Jose no se decide si quiere que sea una bolsa o convertirla en cuadrito, ya nos dirá.