120. HOY CON LA FAMILIA DE ANDY

Sábado 24 de agosto

Anoche decidimos cambiar de lado de cama, como solíamos dormir siempre, yo del lado izquierdo. Cuando dimos vuelta el cuarto quedamos al revés porque así yo estoy más cerca de la puerta y tengo mesa de luz, para termómetro y medicaciones cuando es necesario. Su colchón está mucho más firme que el mío, no entiendo por qué, los compramos a la misma vez y se supone que soy más liviana. Hasta ahora yo no dormía mucho más que él, y son casi nuevos, cualquiera que el mío esté blando. Estando de este lado no podía ver la hora del teléfono, porque me quedó en la mesa de luz, pero solo me levanté dos veces y pude volver a dormir, nada mal.

De desayuno me preparé un chocolate caliente, el día lo amerita y ¡ya se avecinan las galletitas sándwich! Hay que aprovechar cada comida. Vi las galletitas de chocolate y naranja y no tuve más opción que comerlas, pero no me estarían alimentando mucho. Cuando pasó Andy se las di para que me las esconda, no puedo parar. Me pongo a escribir con música de fondo y dejo el capítulo listo y programado para publicarse a la tarde. Una vez terminadas mis labores de escritora, me pongo a hacer un poco de orden en la casa, igual está super bien. Hoy tenemos visitas que vienen con el almuerzo, así que mientras las espero aprovecho para escribir en mi libro de Guests and Friends.

Llegan Rosita y Jackie, tía de Andy, madre de las primas que están viviendo en España. Venía con regalos, las chicas me mandaron un sombrero con protección UV muy fashion con cartita y Jackie un bolsito-monedero muy práctico. Para usar de billetera o guardar toda mi bijouterie, ideal para viajes. Rosita venía con ravioles de calabaza, salsa de tomate, queso y pan. Ponemos el agua y queda encargada de la comida mientras los demás ponemos la mesa. Charlamos de todo un poco, hace mucho no las veía, Rosita había estado resfriada así que el contacto era telefónico nomás y Jackie vive en San Juan. De postre probaron las famosas bombas, ¡muy aprobadas por las dos! Después se fueron a pasear por el barrio, hacia Plaza Serrano, las admiro, ¡con el frío que hace!

Nosotros fuimos directo a dormir una de las mejores siestas, me desperté justo para ver el atardecer desde mi ventana del cuarto. Después de hacer un rato de fiaca, logré salir de la nube. Se me ocurrió empezar con el bordado para Jo, pensando en ideas y siendo que se la pasa arriba de la bici, decidí buscar una imagen de bicicleta que pueda hacer. Encontré varias, voy a ir combinando estilos. Llamo a mamá porque ella es la encargado de convertir esta simple tela en una buena bolsa / tote bag para que Jose pueda llevar sus cosas de un lado al otro.  Como esta vez el bordado es en una tela simple, decidí hacer lo que mamá me viene diciendo hace tiempo, calcar el dibujo. Pero las imágenes de bicis que tengo no están 100% completas o están torcidas, entonces lo empiezo a dibujar pero me quedan medio desproporcionadas algunas cosas, por ejemplo, las ruedas. Lo acomodo un poco con ayuda del compás y decido empezar a bordarla. Andy se había ido a lavar la camioneta y buscar a su papá que justo llegaba.

Pasaron a saludar y obviamente que lo invitamos a comer, teníamos pollo y boniatos. Andy se ocupó del puré, que salió increíble, creo que el secreto acá es la minipimer.  Yo fui la encargada de los filetes de pollo dorados. Carlos venía con regalos. Por un lado las monjitas del Carmelo de María, que visité hace varios años y que me acompañan leyéndome, me mandaban una cremas buenísimas que hacen ellas, genias. Fueron las encargadas de hacer la estola tejida de regalo para Carlos, el sacerdote que nos casó en el 2019. Además, en San Juan abrió una casa nueva de cosas riquísimas, “Biscuí”. Nos trajo alfajores, macarons riquísimos y unos bombones muy sofisticados. Dejo foto de todo porque lo vale. Obvio que también probó una de las bombas que también le pareció buenísima.

Andy se ocupó de la limpieza de los platos, y yo seguí con el bordado. Le pedí a Andy que me pase las pastillas y se dio cuenta que nunca buscamos el aciclovir y ya no me queda más. Es un genio, bajó a la farmacia a comprarlo, no lo merezco. Ya de vuelta en casa y pastillas tomadas, eligió una película. Vimos “Río místico”, muy buena, yo sé que es vieja pero si no la vieron vale la pena y si la vieron y son como yo que me olvido todo, vuelvan a verla. Terminó la película y terminé mi bordado, siempre se le pueden agregar más flores pero está bastante bien. Rezamos juntos y a dormir.