113. ¿HOY ES FERIADO?

Sábado 17 de agosto

Otra noche más sin dormir, y no estoy durmiendo siesta justamente por eso, pensando que si no duermo durante el día, me agoto y dormiré mejor a la noche, pero no. Me desperté a las 5 de la mañana, mi cabeza empezó ATR con mil pensamientos a la vez, uno de ellos me llevó a releer mi primera semana de internación en el blog. En la lectura encontré una parte donde escribí que “iba a haber una etapa llamada neutrogenia”. Por las dudas aclaro que la etapa en la cual me bajan los glóbulos blancos, en particular los neutrófilos, se llama neutropenia, no era tan distinto. Soy lo más, ósea se reduciría mi genialidad por unos días. Leo varios capítulos pero no encuentro lo que estaba buscando, finalmente noto que mis ojos empiezan a cerrarse, dejo el teléfono velozmente y cierro los ojos definitivo. Pero al ratito siento que el cuarto se ilumina, mucho. Era raro, Andy está durmiendo al lado mío y las luces, tanto de arriba como de la mesa de luz están de mi lado. Abro los ojos y veo que en la torre que está en la otra cuadra prendieron lo que sería el SUM, nunca me había dado cuenta o no le había prestado atención pero es impresionante lo que son esas luces, invadió todo. No entiendo cómo la gente se queda ahí adentro, para que yo abra los ojos sorprendida de la luz, prometo que era fuerte. En algún momento me debo haber dormido pero a las 8 ya estaba despierta de vuelta. Aprovecho y le pido a Laura que me mande la orden para sacarme sangre.

Logramos salir de casa pasadas las 10 de la mañana, vamos en taxi, hoy hace mucho frío. Llegamos pero nos dicen que el laboratorio está cerrado porque es feriado, que fiaca. Se nos ocurre ir por guardia pero antes la llamo a Laura, quizás no es tan necesario o se puede hacer de otra manera. Me dice que vaya a la guardia.

Cuando vamos nos indican que no se hacen estudios ambulatorios por guardia, pero yo, ni lerda ni perezosa, me saco el sombrero y le indico que soy paciente de Laura. Me dice que vaya primero por triage a ver si me dejan. Había una fila tremenda, en esa espera Andy decide subir al cuarto piso a preguntar a alguna enfermera, por las dudas que no nos dejen. Me llama y me dice que Laura está ahí pero que están todos a full. Yo todavía no había avanzado ni un paso. Llega mi turno, le explico lo mismo, obviamente sin sombrero para mayor credibilidad a mi historia. Entramos, envío la orden por mail y me dicen que espere. Nos encontramos con Pachu, que también se había olvidado que era feriado y tenía que mandar a hacer algunos estudios a sus pacientes, ella siempre dando todo. Había vuelto de su viaje y estaba renovada, pero a las corridas.

Se supone que estoy con los glóbulos hiper bajos, con lo cual esperar en la guardia no sería lo ideal. Como entendimos que me iban a llamar rápido me quedé un rato cerca de la puerta, donde había menos cantidad de personas. Dale una señora con su hijo en brazos y él le pregunta: “¿porque hay una señora pelada?”,me dio mucha gracia, lo preguntó bien. Después de un rato ya me estaba cansando así que me fui al área de sillones y Andy se quedó a escuchar si me llamaban. Me llamaron relativamente rápido, la chica era un amor, también se había olvidado que era feriado y fue a las 8 de la mañana, cuando en verdad entra a las 10 hs en días festivos. Pasamos por la farmacia a renovar mi cepillo de dientes que tiene sopapa para el espejo, me parece muy necesario que hagan de adultos con este formato, mucho más higiénico. De ahí seguimos caminando a le pain quotidien, abajo estaba llenísimo pero arriba había mesas vacías. Yo me pedí un pain au chocolat con chocolatada, bien adulta, y Andy un café con huevos revueltos y jamón crudo. Estaba todo muy bien pero estoy teniendo un dolor en la boca muy molesta, en la lengua en verdad, como si fueran llagas pero no las veo. Así que como muy despacio y poco.

Llegamos a casa, esta vez en taxi también porque estaba helado. En la esquina estaban regalando unas sopas de fideos instantáneas, Andy tuvo su época de adicción a estas cosas. Me pongo a pegar fotos en el libro y a escribir con la ayuda del blog, si no, imposible.  Judith estaba en casa, haciendo orden y limpieza a full. Además nos dejó el almuerzo: milanesas de pollo al horno con puré de zanahoria y zapallo. Me preguntó por las fotos que había impreso y quedamos en que me va a pasar las que quiera y se las imprimo. No le gusta nada sacarse fotos pero el lunes me prometió que nos vamos a sacar una juntas, así la agrego al libro. Andy decide irse a dormir, Judith se prepara un sándwich para el camino y yo sigo con el libro. Cuando se despierta almorzamos, estaba todo riquísimo, odio este dolor insoportable.  Sigo con el libro, llegué hasta el 9 de julio, bastante bien.

Me voy a acostar, estuve demasiado tiempo en la misma posición y además llegaron los resultados del análisis. Tengo 111 neutrófilos, están demasiado bajos, Laura me mandó a quedarme en casa y tomarme la temperatura por las dudas. Costó dormirme pero lo logré, no creo que hayan sido más de 40 minutos pero me desperté renovada. No me podía salir de la cama pero vengo con la idea de cocinar la bondiola y hoy es el día.

Logro levantarme e ir a la cocina, Belu ya me había pasado la receta. Es clave esta comida porque es muy fácil y rápido la preparación, después se queda haciendo sola. Puse la bondiola como venía a sellar, 7 minutos de cada lado, le agregué condimentos y me puse a cortar la cebolla en cuartos y la zanahoria, también medio grande. Qué aburrido esperar los minutos de sellado, ya tenía todo listo, hasta había puesto el agua a hervir y ya tenía el caldito diluido. Pasado el tiempo, agregué las cebollas y el agua y puse la tapa de la cacerola, ahora a esperar pero haciendo otras cosas.

Andy había vuelto de correr, se bañó y jugamos al burako. En el medio tocó filgrastim, sí, nos seguimos olvidando cada dos por tres. Me faltan menos de 100 puntos para ganar pero la espalda me está matando y además estoy medio destemplada. Me voy a bañar y él a hacer un puré de batata. Nos sentamos a comer, ¡salió increíble! Lástima que no puedo comer casi del dolor de boca, pero bueno, algo probé. Andy había elegido una película “El sabor de la vida” de Prime pero ninguno de los dos logró engancharse, medio lenta. Al final, se fue al escritorio y yo me quedé viendo “The Bear” mientras comía el último bombón escocés. Pensé que el helado iba a ser una buena decisión ya que es frío, y no estuve errada. Finalmente, ya pasada la medianoche, decidimos que es hora de dar el día por terminado, rezamos juntos y a dormir.