108. MUCHO POR PENSAR
- Mery Torello
- 13 ago 2024
- 6 Min. de lectura
Lunes 12 de agosto
Me está pasando que no duermo ni bien ni mal, pero me despierto y ya tengo un “ritual”. Me muero de calor, saco la pierna arrastrándola por la cama y la pongo arriba del edredón, al rato tengo mucho frío, pero mucho. Entonces, vuelvo a meterla pero de nuevo tengo calor, me pongo hacia arriba, porque además estos primeros días me duele todo. Saco los brazos, en la cabeza y cuello tengo frío, pero si no los saco es un sauna. A veces me duermo hacia arriba y todo bien, otras termino girándome hacia un costado, usualmente el izquierdo porque el derecho estos primeros días también me molesta, las costillas más que nada. Me levanto al baño, por supuesto, aunque intente evitarlo. Un poco porque tengo que ir y otro poco porque creo que necesito cambiar de posición. Me desperté varias veces y como siempre, la parte que mejor dormí, o la que yo creo que mejor dormí, fue la última hora. Me quedé haciendo fiaca en la cama, como siempre, me cuesta muchísimo levantarme de una. Solo lo logro cuando tengo un objetivo que cumplir o cuando estoy en el campo que siempre tengo miles de objetivos por lograr a la misma vez y poco tiempo para hacerlo. Pero esos tiempos, por ahora, quedaron atrás. Los proyectos en mi cabeza siguen, por supuesto. Pero para volver a hacerlos voy a tener que recuperarme, ya falta menos. La cuestión es que hoy en día no tengo nada con urgencia por resolver, igual como siempre, tengo pendientes que ya iré abordando. Algunos proyectos personales, otros laborales.
Me levanto, me preparo el desayuno, saludo a Judith que había llegado hace un ratito y ya estaba manos a la obra. Escribo el capítulo así cuando llega papá ya está listo. Además, está bueno volver a algún tipo de rutina, aunque sea solamente escribir a la mañana. Llega papá con las compras, hoy va a cocinar en su famosa bolsa de horno pero esta vez va a probar con peceto, receta nueva. Corregimos el capítulo juntos, estuvo difícil decidir el nombre, ya son varios capítulos y los días empiezan a parecerse. Me escribió Lu para hacer algunas modificaciones al libro y así cumplir con lo que pide la imprenta. Su hermana va a gestionar la tapa y contra tapa porque se ve que es muy complicado, Lu va a tener que volver a hacer la tapa porque necesitamos mucho margen, ¡son muy genias las dos con todo lo que me están ayudando! Me parece muy loco que dentro de poco, el libro de Male va a estar impreso en tapa dura.
Andy supuestamente se iba a trabajar pero se ve que está complicado porque no salió nunca del escritorio. Al final almorzamos los tres juntos y yo aproveché los últimos rayos de sol que entraban por la ventana. Pobre papá, terminó viniendo a cocinarnos nomás, ahora tenemos chef a domicilio, los lujos en vida. Se fue a dormir la siesta con un mini chocolatito, no aceptó más. Por supuesto que yo hice lo mismo, directo a la cama. Falta muy poquito para que llegue Jo, viene especialmente así que yo voy a estar en casa, nada de internaciones indeseadas en el medio. Todavía no salí de casa, por suerte tenemos la casa más linda, por algo la llamamos “la manshon”. A veces siento que superé un montón de miedos en relación a la enfermedad y de repente me doy cuenta que no tantos como pensaba. Ahora estoy siendo extremadamente cuidadosa, ya falta tan poco que no quiero arruinarlo.
Dormí una muy buena siesta, me desperté con la alarma y un mensaje de Ivi de Instagram con una foto mía. Entré a verlo y de ahí terminé leyendo toda la historia de Carmela de House of cholas. En su momento había entrado al instagram de Pau y de ella para tratar de leer un poco. Tenía sentimientos encontrados, quería saber más pero a la vez no quería condicionarme. Encontré algunos posteos con información básica, cosas que ya conocía y otras nuevas que estuvieron buenas pero no busqué mucho más. Hoy me senté en la cama, a falta de sillón, con mi almohadón triangular y una almohada a buscar la historia de Carmela. Está ahí pero muy escurrida entre miles de posteos, después de todo, pasaron cinco años. Encontré frases muy buenas que escribió o que le dijo su psicóloga, algo como que si te estás quejando, es porque no es tan grave. Ella contaba que había ido a sacarse sangre y en el box de al lado había una chica que se “quejaba” que tenía que hacerse los estudios anuales. Hasta que no pasas por algo como esto, no dimensionás nada. Es verdad que a todos nos da fiaca el análisis de sangre anual pero la verdad que es una pavada de dos minutos. Por suerte, ahora me tocan solo tres o cuatro veces cada 48 hs cuando estoy en casa y estando internada cada vez me hace menos, son lo más. Hubo una frase que escribió que me quedó en la cabeza, esta la copio textual: “… Que pasen los meses y todos sigan con sus vidas mientras vos te preguntas que pasará con la tuya…”. Este pensamiento estuvo siempre presente pero últimamente aparece más. Parar con el impulso de siempre, como me tocó hacer, te obliga a pensar. Los primeros días, semanas o meses me pude hacer un poco la tonta porque pasaban tantas cosas que no podía pensar en mucho más que en el paso a paso. Pero esto va llegando a su fin, siempre voy a pensar en positivo, y si pienso en positivo queda muy poquito y yo voy a tener que decidir qué quiero seguir haciendo. ¿Con qué pacientes retomo? ¿Voy a poder comprometerme a horarios? ¿Hago todo virtual? Me encanta la presencialidad, pero también estoy pelada y pobres mis niños, voy a tener que practicar usar la peluca. Ya vamos a estar casi a fin de año, ¿vale la pena retomar o mejor que sigan con quienes venían trabajando? ¿Me voy a sentir bien? ¿Cuáles será los efectos de los rayos? ¿Puedo hacer algún deporte? Necesito moverme un poco, aunque ahora parezca algo imposible de lograr. Esas y cien mil millones más están en mi cabeza 24/7, esas son algunas de las que no me dejan dormir.
Tengo que decir que no todo es malo, aprendí bastante de mí misma, adquirí habilidades desconocidas, hicimos un libro divino con una de mis amigas de toda la vida. Retomé contacto con un montón de personas que usualmente no hablaba, o lo hacía pocas veces, pero que quiero muchísimo. Disfruté de mi casa, mi familia, mis amigos. Conocí a muchas personas nuevas, conocí de verdad el Mater, creo que mejor lugar para hacer el tratamiento no hay. Yo sé que me quejo de muchas cosas, pero no elegiría otro. La calidez humana es increíble, ya lo dije un montón de veces pero me parece importante volver a decirlo. Es cierto que quizás no sean las habitaciones más modernas o de mayor confort pero no estamos yendo a un hotel cinco estrellas, estamos yendo a que nos cuiden y eso lo hacen más que bien. Es impresionante la dedicación y cariño que tienen por cada paciente, y eso que somos miles de millones.
Dejando atrás mi lado reflexivo, volvemos a la programación habitual. Una Mery enferma, que está en su cama con millones de preguntas pero que está feliz de poder hacérselas. Me levanto de la cama, me tomo el paracetamol pre filgrastim y un alfajor mientras escribo. Vuelve Andy de correr, yo estaba con algunas cosas que quiero terminar de definir pre último ciclo. Quería que vuelva y no quería que vuelva, llegó el momento filgrastim. Trae todas las cosas, esta vez trajo una aguja grande para poner el líquido pero igual no funciona como con las jeringas finitas. Ya está muy capo, hoy no me dolió nada y al ratito seguí con todo. Es más el escándalo que hago que otra cosa.
Viene Andy para jugar al burako, pero antes puse la carne y verduras a cocinarse un buen rato más. El objetivo es el que el peceto se termine deshaciendo, va a tener que quedar un buen rato. Empecé jugando bien, pero no hay que agrandarse, no nos olvidemos que viene matando estos dos últimos partidos. Jugábamos y revisábamos la comida, hasta que, después de tres partidas, lo maté. ¡Volví! Le gané y con ganas, apenas llegó a sumar mil puntos en total.
Nos sentamos a comer, pero no logramos nuestro objetivo con la carne, obvio que estaba re contra cocida pero no se deshacía como yo quería. Lo mismo pasó con las verduras, muy raro todo, estuvo una hora y media además de la hora que había estado en el horno al mediodía. De postre chocolinas con dulce de leche pero en una de las galletitas mordí algo duro y las abandoné al instante. Mientras comíamos empezamos a ver una película que eligió Andy: “Perdida”. La saco Netflix hace muy poquito, ojo porque hay mil películas y series que se llaman igual. Tuve muchas ganas de abandonar, es de suspenso medio terrorífico y no me gustan mucho las películas de miedo. Pero terminamos viéndola, por momentos se me hizo un poco larga pero está buena. Si alguien la ve, después quiero que charlemos, tengo cosas para discutir.
La película la vi desde la silla, el sillón quedó prohibido por un tiempo. Pero me empezó a doler terriblemente la espalda, en particular la columna, no me lo podía aguantar. Me tomé un paracetamol y me metí debajo de la ducha caliente un buen rato, lo necesitaba. Después Andy me hizo masajes, rezamos juntos y nos fuimos a dormir.
Me encanta que el capítulo salga de la programación habitual porque como no hacerte todas esas preguntas ??
Gracias x también invitarnos a reflexionar
Beso gigante y abrazo fuerte
Que lindo leerte cuando reflexionas y sentirte cerca. Gracias por compartirlo. Que importante también leer a otros que pasaron por lo mismo y que ponen en palabras cosas que llevamos tan adentro. Te quiero
Lulu, sin palabras por todo lo que compartis, tus vivencias . Tu blog nos hace reflexionar a todos los que te leemos ❤️
Lo mas importante es tu mirada a todo lo que estas pasando y que sacas algo positivo de todo.
Ya falta menos!! Sos un Sol🌞
Disfruta mucho de Jo!!! Besos XXXXXX
Mertis de mi 🤍, como no hacerse todas esas preguntas? Creo que es parte del proceso que se lleva por dentro y que necesario que es! Pasaste cosas muy fuertes en muy poco tiempo. Venis muyyy bien, paso a paso, con mucho esfuerzo y positivismo. Te quiero mucho gorda, cada vez falta menos! Hoy no es siempre 🤍
Cuantas preguntas!!! Seguro van a salir muchas cosas buenas de esto.... 🥰 te mando un abrazo apretado.