49. DOCTORA A DOMICILIO

Viernes 14 de junio

Dormí pésimo, me desperté mil veces, giré sin parar tratando de encontrar una posición cómoda. Recién a las 7 me dormí de nuevo dos horas profundas. Me desperté con dolor de cuello y cansada pero por lo menos descansé esas últimas horas. Antes de levantarme vino Andy a saludarme como todas las mañanas. Después me preparé el desayuno, hoy muy tranqui porque viene Rosita y tiene reunión a las 12:30 así que tengo entendido que comemos antes.

Llega Rosita con todas las compras, hoy vamos a almorzar: “exquisita brótola a la manteca, cocinada a la perfección para resaltar su delicada textura y su sabor suave y mantecoso. Acompañada por un risotto de arroz especiado, que combina cremosidad y una rica mezcla de verduras”. Rosita inicia con la cocción del risotto pero dice que ella come después de su reunión. Llega papá y le pido que me acompañe a comprar un seca platos y un carro para la verdura, que Andy me viene pidiendo desde que nos mudamos y a mí me parece que no hay lugar en la cocina. Obvio, previamente había mirado precios en mercado libre. Fuimos a un chino-bazar y a la ferretería, en los dos lugares estaban casi el doble o triple que mercado libre, por supuesto que no los compré. Pasamos por la panadería y después compramos algunos faltantes del super.

Cuando volvimos Rosita me dio algunas indicaciones de lo que había hecho y que el pescado ya estaba marinándose en la heladera por si queríamos comer antes.  Me puse a escribir el capítulo, hoy más temprano, y después lo corregimos con papá. Última corrección presencial porque se va de viaje a Córdoba a jugar al golf, muy tranqui él. Me ayudó a pensar el título del día y cuando se acercaban las 14 hs, que era cuando Rosita terminaba su reunión, le sugerí muy amablemente a papá si él tenía ganas de ir cocinando el pescado. Para cuando estaba cocido apareció Rosita y comimos los tres juntos. Estaba riquísimo, obviamente de postre, porción del delicioso rogel. Nos despedimos con papá, hasta el jueves no lo voy a ver.

Me pongo a hacer los trámites para OSDE, me contacto con la persona que me dijeron, me pasa un teléfono y ahí me indican que tengo que mandar mail. Al final fue bastante rápido, me mandaron toda mi historia clínica de las tres internaciones. La primera son más de cuatrocientas páginas, incluye guardia, internación, las tres intervenciones, todos los partes de enfermería y estudios varios. Básicamente dos millones de papeles, OSDE pidió resumen de historia clínica, yo lo mandé completo. Al menos les ahorré la lectura de las otras internaciones. Llega mamá y con Rosita se ponen a ver las cortinas del cuarto. Entre las dos y con ayuda de YouTube logran hacer funcionar la máquina de coser. Es la máquina de mamá de hace varios años, que no conseguíamos hacerla arreglar. Finalmente la mandamos a San Juan porque Rosita tenía un lugar que arreglaba todo. Por suerte se ocupó de todo ella, una genia, en el lugar hicieron un arreglo muy manual porque la correa que llevaba la máquina ya no se fabrica, unos capos totales. Mamá, que creía que no se acordaba de nada, se fue acordando y ahora está copada con su ex máquina. ¡Las cortinas quedaron perfectas!

Baja mamá porque venía Fede a traerle algo y de repente se me aparece Male en el cuarto, ¡qué alegría! Yo estaba sin pañuelo, lo primero que me dice es “ponete el pañuelo Lulo”, no me quedó otra que hacerle caso. Ya con pañuelo puesto nos fuimos al living, quería buscar a Coco, yo con señas ya le había dicho a Rosita que lo escondiera rápido. Lo encontró atrás de la cortina, al principio con un poco de miedo pero después lo sacó y se puso a jugar, a “leyerle” un libro, hacerle mimitos, de todo un poco. Después jugamos a “Male doctora”, yo era la enferma: me puso una inyección, curita, me tomó la temperatura y me puso los stickers sanadores por toda la cara. Después le tocó a mamá, la dejamos en reposo, con receta firmada por la doctora y todo. Cuando vio la silla quiso jugar a dar vueltas, compartimos un riquísimo alfajor que me había traído ayer Clari, después vimos el libro de fotos del viaje que hicimos con Lalá y Flori. Cuando llegó Andy volvieron a jugar a la doctora, le indicó reposo y que no se levantara, un personaje total, creo que no paró de hablar nunca. La iban a dejar una hora pero pasaron cosas y se aparecieron dos horas después en su nueva camioneta. Flo nos trajo un regalito: imanes de fotos nuestras y con Male, las mirábamos con Andy y cada foto nos parecía mejor que la anterior ¡de los mejores regalos! Ya las tenemos pegadas en la heladera.

Ya era la hora de la comida, en verdad, Andy venía con hambre, entonces decidimos adelantarla. Estábamos todos agotados, salieron esas milanesas al horno con arroz gratinado, una exquisitez, comí bastantes pero no se preocupen que quedaba lugar para el rogel. Me copé con el libro de Male y empecé a buscar otros programas que me permitan enviar a alguna imprenta. Mañana me tocará ponerme en contacto, averiguar precios y cómo se hace, ¡estoy copada, cada vez falta menos!

Después de un rato de sillón, me voy a bañar, Andy ya se había bañado y nos vamos a dormir. No sin antes rezar juntos y agradecer por todas las cosas buenas y por sentirme tan bien estos días.